24 Tu Sabes Que Eres Mía

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Pov. Darien Cavalier.

— depende, señor Cavalier, déjeme ver ¿que tan peculiares son sus gustos?

Relamí mis labios intentando disimular la emoción que sus palabras me causaban, ya que de por sí, tenerla semi desnuda debajo de mí era motivo suficiente para que me diera un infarto.

Podría lucir duro, atemorizante y frío, pero cuando de esta chica se trataba, no podía evitar parecer un crió en navidad, ella era la dueña de mis desvelos, de mis frustraciones y de mis placeres, ella era mi todo.

— no quiero lastimarte, de verdad, mis gustos son algo.... Extraños, me gusta el control, el dominio, la sumisión, Amara, ¿entiendes a lo que me refiero? — inquiri con la respiración levemente alterada.

— te gusta el sado.... — respondió ella con un tono que a ojos de los demás parecería inocente, pero yo no le creía ni un poco, ella era una maestra de las mentiras.

— sí, y no quiero hacerte sentir incomoda con mis caprichos. — dije con voz suave, mientras acariciaba su mejilla con delicadeza.

— pero.... ¿Y si yo quiero cumplir tus caprichos? — pregunto tras hacer un puchero que endureció más a mi amiguito.

— Amara..

— Darien, quiero hacer esto, quiero complacerte y complacerme, se que te gusta el sado, y se que yo no he probado nada de eso.... Pero contigo sería mi primera vez. — dijo con sensualidad, mientras arqueaba levemente su cuerpo para que sintiera la suavidad de sus senos contra mi pecho.

— pero yo no quiero hacerte esto.....

— claro que lo quieres, quieres apretar mis muñecas, mas de lo que lo haces ahora, quieres tirar de mi cabello en un puño mientras me arrodilló frente a ti, quieres azotarme cada vez que la excitacion no te pueda mas y quieres amordazarme para demostrarme quien manda.... Sé que eso es lo que quieres, se que lo deseas — dijo ella, mientras me miraba a los ojos, estaba tenso, muy tenso, por no decir tieso, sus palabras eran una tentación para mí auto control y sé de sobra que no podría resistir por mucho más.

— ¿tu ereccion clavandose en mi abdomen no es la suficiente prueba, o quieres que te diga más? — dijo con superioridad, y no pude evitar aflorar mi vena dominante para callarla.

— hablaras cuando yo te pida que hables, ¿queda claro, sumisa? — demande, perdido por la provocación en su tono.

— Si...

— ¿sí, que?

— si, señor. — respondió con una breve sonrisa y no pude evitar besar sus labios para borrarla.

— nada de señor, de ahora en adelante soy amo, para ti, y solo cuando estemos juntos ¿queda claro? — inquiri demandante, y ella relamio sus labios.

— sí, Amo

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Pov. Amara Riddle.

Darien se separó de mí, quedando de rodillas sobre la cama mientras sus ojos azules se veían oscuros por el deseo, sus manos acariciaron mi cintura mientras el volvía a inclinarse en mi dirección para besar mi abdomen, las caricias de sus labios me daban cosquillas y la sonrisa de mis labios seguía peregne, sus manos descendieron sobre mis caderas trazando caricias juguetonas por enzima del elástico de mis bragas.

— si te lastimó mientras lo hacemos o algo llega a incomodarte solo tienes que pedir que pare o.... Bueno, sé que me pedirás eso, así que mejor solo di rojo, y me détendre — dijo Darien sin dejar de repartir besos por mi vientre.

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