4 +El inicio+

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Es increíble que ya hayan pasado 10 años desde que nos mudamos a España. Aún recuerdo los últimos días de vida de mi madre, fue tan sólo hace dos años cuando la vi partir al otro mundo del cual no se regresa. Le detectaron cáncer en la sangre hace cinco años y desde ese momento su vida cambió, no luchó por intentar sobrevivir a aquella terrible enfermedad, sólo se quedó en casa sin volver a reír jamás. Me duele mucho no tenerla a mi lado, ella era lo único a lo que he amado realmente y otra vez la vida fue injusta conmigo.

Hoy regreso al lugar donde nací, donde viví mi infancia y una vida feliz hasta lo sucedido. He cambiado física y mentalmente, dejé de ser una joven y me convertí en toda una mujer; estoy dotada de belleza y con un gran atractivo, justo lo que necesito para realizar mi anhelada venganza, porque ni un solo día se me ha olvidado la noche más horrible de mi vida y por eso me voy a encargar de que a esos cinco chicos que se aprovecharon de mí no se les olvide tampoco, se los voy a recordar de la peor manera posible. He pasado estos 10 años planeando mi venganza y mañana será iniciada.


-Ya debes abordar el avión. -Me dice el tío Diego un poco triste. -¿De verdad quieres irte? No quiero que te vayas, desde que tu mamá nos abandonó eres lo único que me queda.

-¡Oh tío! -Lo abrazo con fuerza. -Estaremos en contacto, además me iré por un tiempo, tengo planeado regresar.

-¿Y si te enamoras y luego no quieres regresar? -Frunce el ceño.

-Tranquilo, eso no va a pasar. -Antes de que diga una palabra lo abrazo y le planto un beso en la mejilla. -Ya es hora de irme. ¡Te quiero mucho tío!

-Yo también te quiero. -Responde.


Camino hasta el pasillo que lleva hasta el avión que debo abordar. Cuando ya lo he abordado me siento en el asiento correspondiente el cual queda al lado de una ventanilla. 

El despegue me revolvió un poco el estómago y tuve que ir al baño a vomitar. El resto del vuelo fue tranquilo, nada de contratiempo.

Llego a mi antigua casa al atardecer, el vecindario está muy cambiado pero lo único que sigue igual es mi casa, tan silenciosa y cálida. Dejo las maletas en la sala y quito las mantas que cubren los muebles, trato de quitarlas con mucho cuidado para no mover el polvo que está sobre ellas. Coloco unas sábanas limpias en el sofá de la sala y me acuesto a descansar ya que desde mañana tendré días muy pesados.

Me despierto con el suave frío de la mañana, tomo una ducha y me visto de forma sensual, con un vestido rojo de escote que me llega un poco más abajo de mis glúteos. 

En los 10 años que pasé en España me la pasé investigando cada día a los cinco degenerados, son tan estúpidos que todo lo que hacen lo publican en sus redes sociales, su número de teléfono, lugar del trabajo, la dirección de sus casas y hasta pude sacar un análisis del tipo de chica que le gusta a cada uno y yo me encargaré de convertirme en la mujer ideal que ellos están buscando.

Voy a empezar con el que presumía ser el jefe, el moreno; se llama Petter Stount, vive en el centro de la ciudad en un apartamento que le regalaron sus padres. Iré al cafetín por el que pasa cada mañana antes de ir a trabajar. 

Tomo un taxi y mientras vamos en camino, aprovecho para llamar a la oficina de contratos, necesito una empleada para que limpie y mantenga la casa en orden.

Llego al cafetín, entro en el establecimiento y tomo asiento cerca de la puerta principal.


-¡Buenos días! -Dice el mesonero. -¿Desea ordenar algo, señorita?

-Sí, por favor. -Leo la carta del menú. -Me trae unas tortillas y un café.

-En un momento le traigo su orden. -Se va rápidamente y lo veo desaparecer en la entrada de la cocina.


Las ventanas son grandes y permiten ver con claridad el frente del cafetín, y ahí lo veo llegar con su traje negro muy elegante, me dan ganas de tomar el cuchillo que está en la mesa y clavarlo en su corazón, luego mover el cuchillo de un lado al otro mientras su sangre se derrama manchando su asqueroso traje; pero eso tendrá que esperar. 

Entra al establecimiento y toma asiento en la mesa que está al lado de la mía. Cruzo mis piernas lentamente y bato mi cabello de un lado a otro, luego lo observo y está como un idiota botando la baba por mí; el plan me está saliendo a la perfección.

El mesonero trae mi orden y la deja en mi mesa, luego toma la orden de Petter. Me encojo de hombros haciendo que uno de los tirantes del vestido se baje hasta mi brazo, lo vuelvo a subir dándole una mirada pícara y él me ofrece una sonrisa que lo hace lucir como el idiota que es. Me pongo de pié y tomo el plato con mis tortillas y mi café, doy unos pasos hasta la mesa donde está él y le digo:


-¡Hola! ¿Me puedo sentar aquí contigo? -Mi tono de voz es suave.

-Sí, claro. -Se levanta y saca la silla para mí como todo un caballero.

-¡Oh, gracias! -Exclamo, sonriendo. -Eres todo un caballero, justo como el tipo de hombres que me gustan. -Él sonríe apenado.


El mesonero trae la orden de Petter y mientras desayunamos entablamos una conversación. Me preguntó que de dónde era porque nunca había visto una mujer tan hermosa como yo, le dije que toda mi vida he vivido en España y que apenas llegué ayer a la ciudad. En fin hablamos varias tonterías que no van al caso. Antes de irme copio mi número de teléfono en la servilleta y lo dejo en medio de la mesa, no digo adiós, simplemente salgo del lugar dejándolo con cierta curiosidad sobre mí.



Un gran abrazo para Franshezca y Jesús Enrique.

¡Gracias por leer!

La Venganza de Samantha ✅🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora