41: Asesinato 4

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Al cabo de cinco minutos, aproximadamente, escucho abrirse la puerta principal y una voz dice:

-¿Señorita Wanda? ¿Se encuentra aquí?

Al darme cuenta que es la voz de Julio, empiezo a dar gritos ahogados. La puerta de la biblioteca se abre rápidamente. Julio al verme corre hacia mí y se arrodilla para intentar desatarme pero yo reacciono enseguida y le intento colocar la gasa sobre su nariz. Julio se resiste y bruscamente me golpea en el estómago haciendo que deje caer la gasa. Saca su arma y yo forcejeo con él, Sisly entra y toma un jarrón que está entrando a la biblioteca y lo golpea en la cabeza, dándome la oportunidad de quitarle el arma. Antes de poder hacer algo con ella Julio me da un golpe muy fuerte en la mejilla y repetidamente me vuelve al golpear, me caigo al piso noqueada por el último golpe; el arma se desliza por el piso y queda debajo del sofá.

Lo poco que puedo observar es a Sisly intentando golpear a Julio pero éste la empuja y la hace caer. Julio abre la puerta de la biblioteca y sale corriendo; me reintegro rápidamente y lo persigo, no puedo permitir que llegue hasta la auto o estaré perdida. Al salir de la casa lo veo correr en dirección al portón, corro detrás de él, sin embargo él me lleva la delantera y creo que no podré hacer nada, escucho dos disparos detrás de mí y veo a Julio caer a unos centímetros del portón. Me doy media vuelta y está Sisly parada en la puerta sosteniendo un arma, sus manos tiemblan y en su rostro se puede notar el terror que está sintiendo en este momento. Ella me ve y suelta el arma.

Corro aceleradamente a verificar si Julio está muerto o sólo se trate de una herida, pero al impeccionar su cuerpo me doy cuenta que está muerto, una bala perforó su cuello y la otra el brazo derecho. Sisly se acerca temblando y me pregunta tartamudeando:

-¿Está muerto?

-Sí, desgraciadamente está muerto.

-¡Lo siento mucho! -Exclama entre sollozos. -No quería matarlo, sólo quería detenerlo. Si llegaba al auto íbamos a estar perdidas.

Me pongo de pie y coloco una mano en su hombro.

-No te preocupes, no sé si decirte que hiciste lo correcto o no, por el hecho de que jamás quise que mataras a alguien.

-Hice lo que tenía que hacer. -Replica mirando el cuerpo de Julio que yace en el suelo.

-Necesitamos eliminar las evidencias, así que ayúdame a cargar el cuerpo de Julio.

Sisly toma el cadáver por los pies y yo lo tomo por los brazos.

-¿A dónde lo llevamos? -Me pregunta.

-¿Qué arma disparaste?

-La de él. -Lo señala con su boca.

-En ese caso, vamos a llevarlo a su auto.

El carro está estacionado a 3 metros del portón, hacia el lado izquierdo. Con mucho esfuerzo lo colocamos en los asientos traseros del auto. Reviso los bolsillos de Julio y hallo la llave. Me subo al auto y Sisly se monta de copiloto. Estaciono el auto justo al lado del mío.

-Busca las llaves de mi auto, cierra la puerta al salir de la casa y busca el arma de Julio. -Le digo a Sisly con voz tenue.

-¡Entendido, señorita! -Exclama y baja del auto.

La observo desde el auto mientras ella se dirige a hacer lo que le ordené. Me siento culpable, Sisly tendrá que vivir sabiendo que ha asesinado a alguien, y eso no es fácil. Siento que he arruinado su vida, sé que ella decidió ayudarme pero creo que lo hizo por agradecimiento, para no deberme nada. ¿Por qué más lo haría?

-Aquí están las llaves de su auto y el arma del oficial. -Ella agarra el arma como si se tratara de algo muy asqueroso.

-Deja el arma sobre el cadáver, sube a mi auto y sígueme.

Hace una leve afirmación con la cabeza; deja el arma sobre el cuerpo de Julio y se dirige a mi auto.

Cuando Sisly enciende el auto yo comienzo a conducir; al llegar a la calle conduzco en sentido contrario de la ciudad. Sisly me sigue muy de cerca. En el trayecto sólo veo tres casas, parecen estar abandonadas. Después de un largo recorrido, nos acercamos a zonas montañosas, en las cuales desaparece el pavimento de las calles y empiezan calles de tierra rodeadas de la más completa soledad. Me detengo justo en la parte más alta de la última montaña, la que está pegada al mar. Sisly se estaciona a pocos metros y ambas bajamos de los autos; nos juntamos en el medio y Sisly pregunta observando a su alrededor:

-¿Dónde estamos?

-¿Nunca habías visitado este sitio?

-No, y no creo que conozca alguien, aparte de usted, que conozca de este sitio.

-Ves lo que hay allí. -Señalo hacia el lado derecho.

-Es el mar...

-Sí. Ven te mostraré algo. -Camino hacia el lado donde señalé hace un momento y me detengo al borde del risco. -¿Un auto puede caer por aquí?

Sisly observa y responde:

-Sólo si el chofer es muy idiota o tenga ganas de morir.

-¡Exacto! -Exclamo. -Y eso es lo mejor de todo. Te explico... Si un auto cae por aquí, quedará completamente inservible y aparte quedará sumergido en el mar. Nadie viene a este lugar, es solo, no hay señal y es completamente peligroso. Si alguien tiene un accidente aquí es muy difícil de que alguien se entere y menos si nadie sabía que vendría a este lugar.

-Entiendo señorita. -Sisly sonríe entendiendo lo que quiero hacer.

-Ayúdame a pasar a Julio al puesto del conductor.

Sentamos a Julio en el asiento del conductor, quito el freno de mano y le digo a Sisly que me ayude a empujar el carro un poco, debido a que más adelante está más bajo y el carro tomará impulso hasta caerse del risco. Comenzamos a empujar el carro con fuerza y más adelante lo dejamos rodar por su cuenta, cada vez toma más impulso y por fin se cae del risco, lo vemos caer mediante vueltas y a la mitad del camino ya el auto está muy golpeado y más abajo cae al agua, desapareciendo en ella.

-Es hora de irnos. -Le digo a Sisly.

Disculpen si hay faltas ortográficas.
¡Gracias por leer!

La Venganza de Samantha ✅🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora