3 +Decisiones+

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Ha pasado una semana después de aquella horrible noche, no puedo olvidar aquello que me hicieron y no lo olvidaré nunca. Cada noche el recuerdo vuelve a mí y me hace estremecer de miedo, llorar y sentirme sucia. Los recuerdos a veces son tan reales que pareciera que aún estoy en ese sótano atada a una cama, me desespero por pedir ayuda y en mis sueños los veo a cada uno de los chicos sobre mi frágil cuerpo. Al dormir no consigo tranquilidad, siempre termino en una pesadilla de la cual me es difícil despertar, aunque mi vida se convirtió en una pesadilla desde aquel momento, a veces quiero acabar con todo esto, suicidarme sería la solución, pero sería muy cobarde de mi parte morir sin haber hecho justicia antes, lo único por lo que en realidad seguiré viva es por mi deseo de venganza.

 Mi madre botó la ropa que tenía cuando abusaron de mí pero yo la tomé de la basura y la escondí porque pienso utilizarla en el futuro, lo único que no guardé fue mi ropa interior la cual estaba manchada con sangre. No he salido de mi habitación, ni siquiera quiero comer, sólo quiero llorar hasta que me quede sin lágrimas. Mi madre se ha encargado de hacerme comer por más que no quiera, ni siquiera ha ido a trabajar para no dejarme sola, ayer me habló nuevamente sobre denunciar a los chicos que me violaron, pero yo le dije que no los había visto porque tenían las caras cubiertas y que prefería que no avisara a la policía ya que luego muchas personas se enterarían de mi desgracia. No me gusta mentir y mucho menos a mi mamá, pero prefiero hacer justicia con mis propias manos; los haré pagar por lo que me hicieron, haré que se arrodillen a suplicar perdón.

La puerta de mi habitación se abre lentamente y veo a mi madre asomarse.

-¿Puedo entrar? -Pregunta con voz suave.

Asiento con mi cabeza y ella entra en mi habitación y se sienta en el borde de mi cama.

-Mañana nos iremos para España, a la casa de tu tío Diego. -Acaricia mi cabello como lo hacía cuando yo estaba pequeña. -Voy a empacar nuestras ropas para irnos muy temprano. -Asiento con mi cabeza nuevamente. -Sé que te llevará mucho tiempo recuperarte y seré muy paciente hijita.

-Jamás me voy a recuperar, mamá. -Le respondo con mucho odio en mi tono de voz. -Estoy marcada para toda la vida.

-No me gusta que estés llena de tanto odio. El odio te va a destruir y no quiero eso. -Se levanta de mi cama y antes de salir de mi habitación agrega: -Te amo hija y haré lo que sea para que vuelvas a ser la de antes. -Sale de mi habitación cerrando la puerta detrás de ella.

-Te equivocas mamá, no volveré a ser la misma de antes. -Digo en voz baja para mí.


Mi madre se encargó de empacar nuestras ropas y lo que íbamos a necesitar para nuestra mudanza. El taxi llegó y el chófer se baja para ayudarnos a guardar las maletas en el maletero del auto. Me subo en los asientos traseros del taxi, me coloco mis audífonos y cierro mis ojos. El auto comienza a avanzar por la calle con destino al aeropuerto, sólo siento el movimiento del auto y en pocos minutos me quedo profundamente dormida.

Ahí están esos chicos en mi sueño, como cada vez que intento dormir, mejor dicho, en mi pesadilla. Se repite cada día una y otra vez, es como revivir esa noche cada día.

Mi madre me despierta cuando llegamos al aeropuerto, la ayudo con algunas maletas y entramos al aeropuerto. Nos detenemos en las taquillas de los boletos y mi madre compra dos boletos con destino a España. En pocas horas estamos montadas en el avión, yo aún no digo ninguna palabra y tampoco tengo ganas de decir al menos una.

Llegamos a casa del tío Diego al atardecer, él nos recibió muy alegre en su casa. Mi madre no le dijo los motivos verdaderos de por qué de repente decidimos mudarnos porque yo le rogué que no le contara nada. Yo intenté actuar de la manera más normal para que él no notara nada extraño. 

Mi nueva habitación es espaciosa y tiene una gran ventana con grandes y hermosas cortinas blancas, tan blancas que por un momento puedo sentir un poco de paz en mi interior pero esa paz es aplastada rápidamente por los recuerdos.

He empezado la secundaria aquí, y se me ha hecho difícil adaptarme, aunque no es que yo haga el intento.

 Un día más, un día menos, me da igual. Mi pasatiempo ahora es planear mi venganza, porque eso es lo que haré y aunque se me vaya la vida en una venganza, juro que no me voy a detener hasta que esos desgraciados paguen por lo que me hicieron, lo juro.



Disculpen si hay faltas ortográficas.
¡Gracias por leer!

La Venganza de Samantha ✅🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora