14: ¿Mío?

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Despierto y me siento en mi cama. Otro día sin tener la pesadilla que me ha atormentado por diez años, pero soñé con las tontas rosas que me regaló Bod, no puedo permitir que él arruine mis planes. 

Me pongo de pie y camino hasta el baño, cepillo mis dientes y peino un poco mi cabello. Camino a la cocina, preparo un sándwich y me siento a la mesa a desayunar. 

Hoy tendré un día muy ocupado así que me apresuro en prepararme para salir. Le di el día libre a Sisly, la casa está limpia y no la voy a necesitar hoy.

Conduzco al centro de la ciudad, justo a la ferretería a la que fui la otra vez a comprar las cosas para el asesinato de Petter. Entro en la ferretería y me dirijo al mostrador donde se encuentra un vendedor.

-¡Buenos días! -Le digo al vendedor.

-¡Buenos días señora! -Responde él con una agradable sonrisa en su rostro. -¿En qué la puedo ayudar?

-Necesito un martillo, el más grande que tenga, dos cinceles y unas tenazas grandes. Por favor.

-Ya le traigo su pedido. -Responde el señor y se dirige al final de uno de los pasillos.

Estoy de pie frente del mostrador, esperando a que el vendedor traiga mi pedido.

-¡Hola! -Exclama alguien a mis espaldas.

Volteo y me doy cuenta que es Bod.

-¡Hola! -Lo saludo de vuelta.

-Otra vez por aquí. -Dice sonriendo. -¿Qué vienes a comprar esta vez?

-Unas cosas que necesito para mi casa. -Contesto sin mucho interés.

-Es una excusa para verme, ¿cierto? -Me guiña su ojo.

-Calma un poco tu ego. -Le respondo fríamente. -¿Cómo iba a saber que estarías aquí? Es un poco tonto, ¿no crees?.

-Pues, pensé que ya sabías que era el dueño de esta ferretería. -Se encoge de hombros.

-No sabía eso y tampoco me interesaba saberlo. -Mi tono de voz es hiriente.

El vendedor llega con lo que le ordené y lo coloca en el mostrador.

-Es un martillo bastante grande para una señorita como usted. -Dice Bod colocándose a mi lado.

Lo observo y digo:

-Insinúas que no tengo fuerza como para levantar ese martillo. -Levanto una ceja.

-No quise decir eso... -Se encoge de hombros nuevamente. -Es sólo que pareces delicada.

-Pues te equivocas, no soy tan delicada como parezco. -Digo con indiferencia.

Saco mi billetera de la cartera y le pago al vendedor. Me dispongo a tomar las bolsas con mis compras  pero Bod de entrometido las toma rápidamente.

-Déjame ayudarte. Y no pienses que lo hago porque crea que eres débil, simplemente estoy siendo caballeroso. -Sonríe.

-Está bien. -Respondo en tono desinteresado.

Bod me acompaña hasta mi auto y coloca las bolsas en el maletero.

-Bueno, gracias por tu ayuda. -Le digo mientras cierro la maletero.

-No hay de que. -Hace un gesto con su mano. -¿Qué vas a hacer ahorita?

-Iré a hacer unos arreglos en mi casa. ¿Por qué?

-¿Podrías acompañarme a un lugar que quiero mostrarte? -Pregunta con timidez.

"No tienes tiempo para tonterías" Me repito una y otra vez, pero el corazón es más fuerte que la razón y aunque no sé qué es lo que siento por Bod, mi corazón se alegra cada vez que lo veo y por un momento me olvido de mi venganza, por eso intento alejarme de él, pero aún así acepto acompañarlo. 

Él sube en su auto y me pide que lo siga en el mío. 

Conduce lentamente para que yo no lo pierda de vista. Nos dirigimos al Oeste de la ciudad; después de media hora de recorrido nos alejamos poco a poco de las casas, todo lo que hay alrededor de nosotros son valles y praderas. 

Por fin Bod se detiene en una extensa pradera, me detengo detrás de él y bajo de mi auto.

-Ven, sígueme. -Dice Bod en tono alegre.

Camino detrás de él, manteniendo cierta distancia por precaución. Bod se detiene cerca de un gran risco. Se da media vuelta y dice:

-Subamos, desde allá arriba verás lo que quiero mostrarte.

Lo observo por un instante dudando si debo subir con él.

-Tranquila, confía en mí. No te pasará nada. Lo prometo. -Levanta su mano derecha en señal de juramento. Se escucha tan sincero.

-Está bien. -Estoy un poco dudosa todavía, pero lo sigo.

Bod sube un poco y luego me extiende su mano para ayudarme a subir, la tomo y él me jala con mucho cuidado. Cuando por fin llegamos hasta arriba, él me susurra:

-Cierra los ojos.

-No voy a hacer eso. -Respondo frunciendo el ceño.

-Vamos. Confía en mí. -No muestro ninguna expresión. -Toma mi mano, no te dejaré caer. -Sonríe con calidez.

Estoy nerviosa pero a pesar de eso tomo su mano apretándola con fuerza y cierro mis ojos. Damos cinco pasos hacia el frente y Bod dice en tono suave:

-Ya puedes abrir los ojos.

Abro mis ojos lentamente y cuando por fin están bien abiertos no puedo creer lo que estoy viendo. Es como un sueño, es la cosa más hermosa que he visto en mi vida.

-Ves todo eso. -Susurra Bod cerca de mi oído izquierdo. Lo miro y asiento con mi cabeza. -Es tuyo.

-¿Mío? -Le pregunto asombrada.

-Sólo tuyo. -Responde sonriendo.








Disculpen si hay faltas ortográficas.
¡Gracias por leer!

La Venganza de Samantha ✅🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora