19: ¿Destino?

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No me voy a perdonar esto, me repito una y otra vez. 

Después de 20 minutos el fuego se comienza a apagar solo dejando las cenizas de lo que antes era un cuerpo. Seco mis lágrimas y tomo el frasco de gasolina y el encendedor y los guardo en el garaje. Noto que mi auto aun sigue encendido así que voy y lo apago. Me quedo sentada en el asiento del conductor recostando mi cabeza sobre el volante.

-¿Por qué tuvo que venir? -Me digo casi susurrando -¿Por qué?

Paso 10 minutos meditando dentro del auto intentando calmar mis emociones, cosa que no logro por completo. Bajo del auto y camino en dirección a la casa, exactamente a la sala principal. Al llegar tomo una bolsa con varios objetos de la señora Pina y saco un teléfono el cual comienza a sonar. Lo mejor será que conteste, quien sabe a quien habrá llamado Pina. Atiendo la llamada sin decir una palabra.

-¡Hola! -Dice la voz de un hombre -Soy del servicio de taxis,  ¿ya está lista para ir a buscarla?

-¡Eh! Disculpe, -Imito la voz de Pina, que no me sale nada mal -me encontré con la dueña de la casa y ella accedió a llevarme.

-¡Ah! Entiendo, señora. -Dice con voz tenue. -¡Que tenga un buen día! 

-Gracias señor, igual usted. -Contesto y tranco la llamada.

Reviso las últimas llamadas y mensajes de texto, pero al parecer la única llamada la hizo en la mañana al servicio de taxis. La muerte de Pina no complica para nada mis planes, ella era viuda y nunca pudo tener hijos y mejor aun, ella se vino de otro país con su esposo hace muchos años, así que nadie la va a extrañar. Apago el teléfono y lo escondo en una gaveta de la cocina. 

Salgo de la casa del abuelo y subo a mi auto, lo enciendo y comienzo a conducir con destino al centro de la ciudad. Me detengo en una heladería y ordeno un enorme helado de chocolate, necesito distraerme un rato y el helado . Me siento en una mesita de la heladería y empiezo a comer mi helado.

-No pensé encontrarte aquí. -Levanto la mirada para ver quien me ha hablado y es el idiota de Bod.

-¡Oh rayos! -Exclamo -O es que tu me sigues o...

-O el destino se empeña en juntarnos. -Completa la frase brindándome una agradable sonrisa.

-¿El destino? -Frunzo el ceño -No creo en el destino.

-Ya veo, eres escéptica. -Toma asiento en la silla que está de frente a la mía.

-¿Es que no trabajas? -Le pregunto mientras como un poco de helado. 

-Ya te había dicho que soy el dueño de la ferretería, solo voy a revisar que todo marche bien. Eso es todo.

-¡Oh! Cierto. -Me concentro en mi helado porque si lo veo a la cara empiezo a divagar en tontos pensamientos.

-¿Vas a ir esta noche? -En sus ojos aparece un brillo extraño.

-¿A dónde? -Pregunto frunciendo el ceño -¡Ah! al lago.

-Si, al lago. 

-No lo sé. -Respondo secamente.

-¿Por qué eres así conmigo? -Se encoge de hombros.

-¿Cómo así? -Pregunto un poco confundida.

-Tan seca y odiosa. Pero me he dado cuenta que no lo haces todo el tiempo, hay momentos en que te comportas tan dulce y amable, pero luego acabas siendo tan seca, que duele.

-Estás equivocado. -Respondo con tono un poco agresivo -Yo no solo soy así contigo, sino con todos. -Hago una pequeña pausa mientras saboreo otro poco de mi helado -Además, no soy seca y mucho menos odiosa, soy de temperamento fuerte, eso es todo.

-Si lo eres y lo sabes. -Coloca sus brazos sobre la mesa y entrelaza sus manos -Discúlpame, mi intención no era hacerte molestar, es solo que quiero que me dejes conocer a la chica que escondes detrás de ese "temperamento fuerte", a la que si me daría la oportunidad. -Su voz es dulce.

-Si lo que quieres es que vaya al estúpido lago, está bien, iré. -Me pongo de pie y dejo el dinero de la cuenta en la mesa. 

-Gracias. -Responde sonriendo.

-Sí, como sea. Adiós. -Me doy media vuelta y camino a la salida.

-Hasta esta noche. -Lo oigo decir en voz baja antes de salir de la heladería.

Conduzco mi auto hasta mi casa. Sisly se alegra al verme llegar, tal vez se le hace extraño verme aquí a estas horas del día.

-Buenas tardes, señorita Wanda. -Dice sonriendo. A veces me pregunto cómo hace para estar siempre de buen humor.

-Buenas tardes Sisly -Le contesto con una sonrisa de vuelta. 

-¿Hoy si va a almorzar?

-Sí, hoy voy a almorzar aquí.

-¡Que bien! -Exclama alegremente -Le voy a preparar un delicioso pollo asado.

-Me parece una gran idea. Tengo tiempo sin comer pollo asado, desde que falleció mi... -No puedo terminar la oración, siento una gran tristeza recorrer todo mi cuerpo y un nudo en la garganta al recordar a mi madre.

Sisly se acerca hacia mí y de repente me abraza. 

-Esté tranquila, señorita Wanda. -Dice susurrando como una madre consolando a un hijo -La entiendo muy bien, yo perdí a mi padre hace dos años, yo era muy unida a él y me dolió mucho su muerte.

No digo nada y en este momento ambas estamos llorando en medio de la sala. Por primera vez en mi vida siento un poco de alivio dentro de mí, tal vez el que alguien te entienda y te brinde su apoyo ayuda mucho a curar el dolor que se lleva en el corazón.

Después de unos minutos Sisly se separa de mí y me toma por los hombros.

-¡Arriba esos ánimos! -Exclama con una suave sonrisa.

-Gracias. -Le contesto mientras seco mis lágrimas.

-No me dé las gracias. Debe saber que estoy aquí para lo que necesite. -Hace una pausa como buscando que palabras decir -Ahora debo irme a prepararle el almuerzo.

Asiento con mi cabeza y la observo mientras se dirige a la cocina. Camino hasta mi habitación y me tiro en la cama a descansar un rato. En pocos minutos me quedo dormida.

DISCULPEN SI HAY FALTAS ORTOGRÁFICAS.

¡GRACIAS POR LEER! ;)

La Venganza de Samantha ✅🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora