La Venganza de Samantha ✅🔞

48: Wanda es Samantha

BOD (Relatando):

No entiendo que dije para que Wanda se fuera de la forma en que lo hizo, tengo miedo de perderla, la amo y es lo único que me importa en este momento. ¿Por qué se habrá expresado con odio con respecto a mi hermano? Hay algo que no me cuadra, que no termino de entender. 

Marco el número de teléfono de Wanda, pero me envía a contestadora. Tal vez no me va a perdonar lo que hice cuando era joven y quizás siente asco por mi hermano y por mí. Soy un idiota, no debí contarle nada, pero cómo vivir sin ser sincero con la persona con quien planeo pasar el resto de mi vida. 

Saco el estuche del anillo de mi bolsillo, abro el estuche y observo el anillo con un poco de tristeza. Planeaba pedirle matrimonio, pero después de su reacción no sé si ella quiera casarse conmigo. Debo encontrar a Wanda cuanto antes, necesito saber si me odia y si lo está haciendo necesito que me perdone. Conduzco rápidamente hasta la casa de Wanda. Bajo del auto y doy unos suaves golpes en la puerta. Veo a Sisly abrir la puerta y ella me observa de una forma extraña.

-¿Qué hace aquí? -Dice de forma agresiva.

-¡Hola Sisly! ¿Se encuentra Wanda? -Digo amablemente a pesar de su forma desagradable de tratarme.

-No, pensé que estaba con usted.

-Si lo estaba pero se fue molesta sin darme explicaciones después que le conté algo.

-¡Que cínico eres! -Exclama ella negando con su cabeza.

-No te entiendo...

-No sé si debería contarte todo lo que la señorita se ha callado. -Dice eso casi escupiendo las palabras.

-Me harías un favor, porque yo no entiendo nada.

-Ya Wanda sabe que usted no se llama Bod, sino Borja.

-¡¿Qué?! Estás equivocada, yo si me llamo Bod; Borja es mi hermano.

Sisly abre sus ojos exageradamente y dice:

-Es decir, que usted no hizo nada... -Toma aire y luego pregunta desesperada. -¿Ya ella lo sabe?

-Sí, pero no entiendo por qué me dices que Wanda pensaba que yo era Borja.

-Debió ser muy duro para ella y... -Dice esto en voz baja que casi puede oírse. -¡No puede ser!

-¿Qué no puede ser Sisly? ¿Será que me puedes explicar todo para poder entender lo que está pasando?

-Es un cuento muy largo y no hay mucho tiempo. ¿Me presta su carro?

-¿Ah? ¿Para qué quieres mi carro con tanto afán?

-Sólo le pido que me lo preste para ir a la casa del difunto abuelo; no entiende que la señorita Wanda está por hacer algo que debo impedir.

Mi mente está llena de dudas, pero miro la desesperación en Sisly y no me queda de otra que entregarle las llaves de mi auto. Ella toma las llaves y sale corriendo de la casa. Me quedo de pie sin entender nada y de repente se me ocurre una idea, aunque jamás sería capaz de hacer esto si no estuviera en la situación en la que me encuentro.  Me dirijo hasta donde se encuentran las habitaciones, reviso hasta encontrar la habitación que ocupa Wanda, escarbo con mucho cuidado dentro de su armario y en el fondo encuentro un maletín, lo abro y hay carpetas llenas de papeles. Me siento al borde de la cama, coloco el maletín a mi lado y saco la primera carpeta. Encuentro dos pasaportes en el primero una la foto de Wanda y sus datos personales, en el segundo veo también una foto de Wanda pero ella tiene el cabello rubio y su cabello es más corto y  en este los datos personales son distintos, aquí dice que su nombre es Samantha Blond, no sé qué rayos sea esto pero, por una extraña razón creo reconocer ese nombre, Samantha; dejo caer los pasaportes al darme cuenta que sí conocí a una Samantha Blond, estudió en el colegio... Ella era la pobre chica que violaron y que yo dejé tirada... Claro, como no fijarme que esta era la calle donde ella vivía. Pero, como dudar de Wanda si ella se veía tan segura en una identidad falsa.

No sé qué debo hacer, Samantha no volvió de donde estaba sólo porque sí, tiene una razón para hacerlo. Me pongo de pie y reviso dentro de las gavetas de los estantes que se encuentran en su habitación; encuentro varios papeles y los coloco sobre la cama, pero me fijo de una hojita doblada con algo escrito adentro, la abro lentamente y veo los nombres de mis antiguos amigos tachados con una "X" y en el último puesto veo el nombre de mi hermano dentro de un círculo. Esto quiere decir que Samantha si volvió por una razón y esa razón es una venganza. Busco dentro de los otros papeles algún indicio que me lleve hasta el lugar donde pueda estar Wanda, o mejor dicho, Samantha. Encuentro unas copias de lo que parece ser un testamento, hay una casa a nombre de Samantha, se la dejó su difunto abuelo... ¡Exacto! Esa debe ser la casa que mencionó Sisly. Tomo una de las copias y la guardo en uno de mis bolsillos. 

Ahora entiendo sus palabras, ese odio que sintió cuando le conté todo, tal vez debe sentirse destrozada al saber que su novio participó de alguna forma en su desgracia. ¿Pero que estoy haciendo? Debo encontrarla y creo saber con quien esta en este momento. 

Salgo de la casa y tomo un taxi, le digo que me lleve a la dirección de mi hermano rápidamente. Necesito comprobar si lo que estoy pensando es verdad. Al llegar le pago al conductor del taxi y corro hasta el apartamento de mi hermano, la puerta está sin seguro; corro hasta el cuarto de mi hermano y no lo encuentro en su cama. 

-¡No puede ser! -Exclamo desesperado.

Corro nuevamente hasta el pasillo y toco la puerta del vecino, él abre la puerta y me saluda amablemente porque es un viejo amigo.

-Necesito que me prestes tu auto, es urgente. -Le digo de forma desesperada.

-¿Qué pasa amigo? ¿Le pasa algo a tu hermano?

-No lo sé, creo que está en peligro. 

Mi viejo amigo busca las llaves de su auto y me las entrega.

-No te quitaré tiempo preguntándote porque veo que es urgente... Pero avísame cuando puedas y si necesitas algo no dudes en llamar.

-Sí, cuando pueda te cuento todo. Gracias... -Respondo y salgo en una carrera del lugar.

Busco en el estacionamiento el auto de mi amigo, me subo en él y comienzo a conducir a las afueras de la ciudad. Quien sabe lo que me pueda encontrar pero sólo hay una cosa que debo hacer y es impedir que Samantha haga algo que no debe.

DISCULPEN SI HAY FALTAS ORTOGRÁFICAS.

¡GRACIAS POR LEER!