Desperté al siguiente día, con ganas de continuar en la cama porque mi cuerpo se sentía pesado. Pensé que estaría contenta, sin embargo, todo parecía seguir igual, tal vez, me sentiría diferente cuando acabara con los otros cuatro. Estaba tan agotada, que dormí como hace tiempo no lo hacía; ni recordaba si había soñado algo durante la noche.
A mi mente vino el recuerdo de la mirada llena de miedo de Petter y aunque parezca descabellado, sentí tristeza, no por él, sino, por quien me había convertido.
El siguiente en mi lista era el rubio de ojos claros, se llamaba Tomás. Vivía con su esposa al sur de la ciudad, tenía una tienda de artículos deportivos en el centro comercial Donato's. Era uno de los hijos de un diputado que aún seguía en la política, con este debía tener mucho cuidado, puesto que su padre tenía poder y su hermano era el próximo de mi lista. Sabía que Tomás tenía muchos enemigos que deseaban verlo muerto, pero a él parecía no importarle, se creía inmortal. Era horible en el trato con sus empleados y en varias ocasiones había golpeado a su esposa, quien prefería guardar silencio por miedo. Solía salir de fiesta los fines de semana y drogarse hasta más no poder.
De los cuatro que investigamos, ninguno intentó ser bueno, todos ellos siguieron siendo los mismos miserables de antes o empeoraron con el paso del tiempo.
Le había dado el día libre a Sisly, así que tenía que prepararme el desayuno yo misma, o mejor dicho, el almuerzo porque ya casi eran las 12:00 horas. No planeaba salir de casa ese día, por lo que pasaría gran parte del día acostada, me estaba doliendo un poco la espalda y los brazos.
-¡Buenos días! -Dijo cortésmente brindándome una sonrisa -¿En qué le puedo ayudar?
-¡Buenos días! -Respondí dulcemente -Estoy buscando unas raquetas de tenis.
-Sí, claro, tenemos varios modelos. -Levantó su mano para hacerle señas a uno de los vendedores pero yo rápidamente tomé su mano y la coloco en el mostrador.
-¿Me podrías atender tú? -Me encogí de hombros sin quitar mi mano que seguía sobre la suya -Por favor.
-Eh...-Dudó por un momento. Apreté su mano suavemente. -Está bien, para mí será un gusto atenderla.
Quité mi mano de la suya y la extendí diciendo:
-Mi nombre es Wanda.
-Yo soy Tyler -estrechó mi mano y me brindó una sonrisa.
Me acompañó al area donde estaban las raquetas. Mientras elegía una raqueta, surgió una conversación sobre el tenis entre él y yo.
Compré dos raquetas y me despedí con un beso en la mejilla antes de salir de la tienda. Era difícil contener las ganas de golpearlo y grirale en su cara lo asqueroso y miserable que era.
Subí a mi auto y me dirigí a mi casa pero antes pasé por un restaurante y pedí un almuerzo para llevar.
Luego de almorzar me fui a mi habitación para tomar una pequeña siesta antes de ir a la cita con Bod.
Me desperté con el sonido de la alarma a las 15:00 horas para alistarme, me levanté y me preparé. Me coloqué un vestido púrpura muy coqueto y dejé mi cabello suelto.
Subí a mi auto y conduje hasta el centro comercial que estaba en el centro de la ciudad. Cuando llegué a la heladería donde quedé de verme con Bod, él ya está allí, la mesa que ocupaba estaba en una esquina. Caminé hasta llegar al frente de la mesa, Bod se puso de pie y sacó la silla que estaba enfrente de la que él estaba ocupando.
-Gracias -le dije mostrando amabilidad en mi tono de voz.
-Pensé que no llegarías -se sentó nuevamente en su silla. -Te ves muy hermosa.
-Gracias -Sonreí y por primera vez me sonrojé delante de un hombre.
-¡Estás sonrojada! -Exclamó sonriendo.
-Claro que no, solamente es el maquillaje que me hace ver así.
-Tú puedes decir lo que quieras pero para mí te sonrojaste por el cumplido que te hice. -No pude evitar reírme un poco. -Ahora ordenemos los helados.
Pedimos dos grandes helados de vainilla y chocolate. Mientras comíamos nuestros deliciosos helados, Bod dijo varios chistes los cuales me hacieron reír mucho. No sabía cómo explicar la forma en que me sentía en ese momento, pero sólo sé que por unos momentos me había olvidado de mis desgracias, de mi venganza y del mundo que nos rodeaba.
-Así que eres de España -dijo pensativo -¿Por qué no tienes el acento Español? -Levantó una de sus cejas.
"¡No puede ser!"
Jamás había pensado en eso. En los 10 años que viví en España, nunca intenté hablar con ese acento.-Pues, mi familia nació y vivió mucho tiempo aquí. Quizas por eso no tengo el acento español tan marcado.
-Bueno, sólo era una pregunta estúpida. -Comió de su helado.
Terminé mi helado antes que él. Su mano derecha se extendió hacia mi rostro y eché mi cabeza hacia atrás rápidamente.
-Tranquila, sólo te limpiaré -sonrió.
Pasó su dedo pulgar con suavidad por encima de mi labio superior, bajé la mirada para no hacer contacto con sus ojos, no quería sonrojarme nuevamente.
-Ya está -dijo sin dejar de sonreír.
-Gracias -respondí -ya debo irme.
-¿Tan rápido? -Se encoje de hombros.
-Sí, es que tengo cosas importantes que hacer. -La verdad es que no podía ocupar mi mente de cosas que no fueran sobre mi venganza y en ese momento que estuve con él me olvidé del porqué había vuelto a ese lugar.
-Bueno, está bien, -hizo una pausa -¿puedes aceptarme una invitación otro día?
Me quedé pensando por un momento pero al ver su rostro entristecido terminé respondiendo:
-Claro, siempre y cuando no esté ocupada.
-Bueno, eso será un gran problema ya que eres una mujer muy ocupada. -Colocó sus labios en una línea.
-Algún tiempo libre tendré -sonreí y él también lo hizo.
Nos despedimos y cada uno tomó su auto yendo por caminos distintos.
Regresé a casa y me senté en el sofá de la sala. En mis pensamientos comenzó a aparecer Bod, cosa que no podía permitir. Rápidamente pensé en cosas que tenían que ver con mi venganza.
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La Venganza de Samantha ✅🔞
Misteri / ThrillerRegresó para vengarse de los 5 hombres que abusaron de ella, pero el amor amenaza con cambiar sus planes. Samantha, una mujer que juró vengarse de los cinco hombres que abusaron de ella cuando apenas tenía 16 años. Durante una década se preparó para...