38: Estación

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En la noche recibo una llamada de Bod, invitándome a salir a cenar. Le digo que no puedo porque estoy muy ocupada y que lo dejemos para otro día. Se entristece un poco pero luego acepta de buena manera, nos despedimos y luego cuelgo el teléfono. Necesito mantenerlo alejado mientras Julio me esté vigilando, no puedo dejar que se arruine mi plan. Busco la hojita donde está anotado el número de teléfono de Julio y lo llamo.

-¿Hola? ¿Quién habla? -Pregunta en tono suave.

-Hola, soy Wanda. Disculpa que te moleste.

-¿Tiene algún problema? -Dice rápidamente.

-No, no...Es sólo que quería saber si estaba bien; es decir, si no está muy fuerte el trabajo. -Uso un tono de voz tenue, se escucha casi inocente.

-¡Oh! -Exclama. -Gracias por su preocupación, pero no tiene por que hacerlo debido a que estoy bien, ya estoy acostumbrado a este tipo de trabajo.

-¡Ah! Bueno, creo que eso me hace sentir mejor. ¿Comió bien hoy?

-Sí, menos mal que aquí cerca queda un restaurant chino. -Deja escapar una carcajada.

-¡Eso es maravilloso! -Hago una pausa y luego agrego: -Mañana iré a la estación, si no han averiguado nada, creo que retiraré la denuncia.

-¿De verdad? ¿No quiere esperar más tiempo?

-Aun estoy asustada por lo que me pueda pasar, pero quizás estoy llevando las cosas muy lejos, tal vez se trate de una simple broma.

-No ha llevado las cosas lejos, cualquiera en esta situación haría lo que usted hizo: acudir a la estación de policías a presentar una denuncia y a buscar protección.

-Gracias por su apoyo.

-De nada, señorita. Pero, no cree que debería esperar a ver qué pasa, o sea, si no encuentran ningún indicio de la persona que escribe las notas, probablemente sea un poco peligroso para usted debido a que la persona que las escribe es lo bastante inteligente como para no dejar ninguna pista.

-Sí, sé cual es el riesgo. De todas maneras mañana vuelve mi empleada de servicios, así que ya no estaré sola y además, tengo su número de teléfono para contactarlo si llega a pasar algo.

-Bueno, eso sí. Puede contar conmigo las 24 horas del día. -Se ríe y yo hago lo mismo.

-Entonces, ya no lo molesto más. ¡Que tenga una hermosa noche!

-¡Gracias, señorita! -Responde alegremente. -¡Buenas noches para usted también!

-¡Gracias! -Respondo y cuelgo el teléfono.

Una llamada será lo que te conducirá a la muerte, digo dentro de mí. Camino hasta mi habitación, preparo el despertador y me acuesto a dormir.

..............................

Al despertar en la mañana con el sonido del despertador, me apresuro en estar lista a tiempo para llegar un poco antes de las 8:00 horas al Banco.

Llego justo a las 7:50 horas al Banco, camino hasta la taquilla y le digo a la señora que me atiende que tengo una cita a las 8:00 horas por motivo de una solicitud de un crédito. Ella me dirige hasta la oficina donde se encuentra un hombre obeso sentado del otro lado del escritorio.

Después de 30 minutos de puro leer y firmar papeles, el señor me estrecha la mano derecha y me dice que todo está listo. Salgo del banco y me dirijo en mi carro a la estación de policías.

-¡Buenos días señorita! Justo estaba por llamarla. -Dice el comisario al verme.

-¡Buenos días! -Respondo con una leve sonrisa.

-Acompáñeme a mi oficina.

Lo sigo hasta su oficina y al entrar en ella, el comisario se sienta en su silla.

-¡Siéntese! -Exclama amablemente. Tomo asiento y lo miro esperando que me informe sobre las notas. -Hemos estudiado las notas pero estas no han arrojado ninguna pista que nos pueda llevar hasta su autor, creo que estamos tratando con alguien inteligente, o astuto.

-¡Eh! ¿Eso quiere decir que seguirán investigando?

-Sí, no vamos a descansar hasta saber quien le envía esas notas. -Hago una leve afirmación con mi cabeza. -Por los momentos es mejor que conserve al oficial Molina como vigilante.

-Pensándolo bien. -Digo un poco pensativa. -Creo que ya no voy a necesitar de los servicios del oficial Molina.

-¿Y eso por qué señorita? ¿No está oyendo que estamos tratando con alguien que...

-Yo asumo las consecuencias de lo que me pueda pasar. -Replico interrumpiéndolo.

-Pero...Al menos déjenos protegerla.

-Señor comisario. -Mi voz es tenue. Entrelazo mis manos y coloco mis codos sobre el escritorio. -Sólo me quedan pocos días en esta ciudad, pronto me iré nuevamente para no volver. Creo que me tomé muy enserio el asunto de las notas anónimas, quizás se trate de una simple broma.

-¿Y si no? ¿Se está dando cuenta el riesgo que está corriendo?

-Señor, yo estaré en contacto con ustedes si algo extraño ocurre, los mantendré informados de cualquier acontecimiento fuera de lo normal.

-Bueno, de todas formas seguiremos averiguando y a su disposición en cualquier momento.

-Le agradezco mucho. -Le brindo una sonrisa.

-Voy a notificarle al oficial Molina que ya no se requiere de sus servicios. -Toma el teléfono.

-Por favor, dígale que pase a las 17:00 horas por mi casa para pagarle por sus servicios.

-Está bien señorita.

Sin más que decir me despido del comisario que comienza a realizar una llamada. Subo a mi auto y conduzco hasta un restaurante. Tomo mi teléfono y marco su número.

-¡Hola amor! -Dice alegremente. -¿Cómo estas?

-Bien, gracias. ¡Eh! ¿Tienes tiempo?

-Para ti tengo todo el tiempo de mi vida. -Ríe un poco.

-Que bueno saber eso. ¿Puedes venir al restaurante que está en frente de la plaza central de la ciudad? Quiero almorzar contigo.

-¡Claro! Precisamente estoy a unas cuadras de allí.

-Está bien, aquí te espero.

-Okey, amor.

Cuelgo el teléfono. Estaciono mi auto y entro al restaurante. Un mesonero se acerca para tomar mi orden pero yo le digo que estoy esperando a alguien. En unos minutos veo a Bod entrar al restaurante, le hago señas con mi mano derecha y él se acerca rápidamente hacia mí. Me da un pequeño beso en los labios y se sienta del otro lado de la mesa.

Disculpen si hay faltas ortográficas.
¡Gracias por leer!

La Venganza de Samantha ✅🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora