49: Descansar del sufrimiento

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Voy conduciendo en dirección a la casa del abuelo; ya quiero acabar con esto, es la única razón por la cual aún sigo viva; hace poco sentí que después de todo, Bod sería una opción para comenzar de nuevo pero al enterarme que tuvo que ver un poco con todo lo que me pasó no tengo deseos de querer tener una vida a su lado, y no es porque no lo perdone, es por el simple hecho de que vivir a su lado me recordaría cada día lo que me pasó y más por su gran parecido a su hermano. Mis planes seguirán siendo los que tuve desde el principio, ya estoy cansada de esta vida tan miserable, la única solución para obtener un descanso sería la muerte, al fin y al cabo al único que le afectará mi muerte será a mi tío, pero no me importa, porque ya es hora de descansar; soy una asesina y merezco la muerte.

Cuando salimos de la ciudad Borja pregunta en tono preocupado:

-¿A dónde vamos?

-Es una sorpresa. -Respondo sin quitar la vista del camino.

-Pues, no me está gustando ésto.

-Tranquilo, ya verás lo bueno que será ésto. -Será bueno, pero para mí. Sonrío.

Mi teléfono no para de vibrar, lo reviso y me fijo que tengo como 50 llamadas perdidas de Bod. Aparte hay varios mensajes de texto que no me importa leer.  Apago el teléfono y lo guardo en mi cartera. Por fin llegamos a la casa del abuelo, me bajo del auto y abro el portón. Por suerte la bombilla del frente de la casa está programada para encerderse a las 18:00 horas y apagarse a las 06:00 horas. Vuelvo a entrar a mi auto y estaciono mi auto frente de la casa.

-¿Qué es esto? ¿En dónde estamos? -Pregunta Borja muy asustado. -¿Dónde está mi hermano?

-Lamento decepcionarte pero tu hermano no podrá venir...

-¿Entonces por qué estamos aquí?

-Quiero que presencies un espectáculo, en el cual tú serás el personaje principal.

-¿Qué quieres? ¿Qué me vas a hacer?

-Lo mismo que le hice a tus amigos, hacerte pagar por lo que me hicieron hace diez años. -Digo con tanta rabia que casi escupo las palabras.

-No te entiendo ¿de qué amigos me hablas? ¿qué te hice hace diez años?

-No sabía que caerte de las escaleras aparte de dejarte tetrapléjico también te hiciera perder la memoria. -Bajo del auto y busco la silla de ruedas. Abro la puerta del copiloto. -Te explicaré todo allá adentro.

-No pienso ir para ningún lado. -Dice autoritariamente.

-¡Uy sí! ¿Y qué piensas hacer? Te recuerdo que eres un pobre tetrapléjico, puedo llevarte a donde quiera sin problema alguno.

-Pues gritaré, alguien va a escucharme.

No puedo evitar soltar una carcajada.

-¡Idiota! Nadie te va a oír, la casa más cercana queda como a más de 3 kilómetros de aquí.

-¡Por favor, no me hagas daño! -Exclama.

-Eso fue lo mismo que decía yo hace diez años...

Tomo el cuerpo de Borja y lo coloco en la silla de ruedas, de la misma forma en que tomas un trapo y lo tiras al suelo. Comienzo a empujar la silla de ruedas en dirección a la puerta principal mientras Borja grita pidiendo auxilio. Al entrar a la casa enciendo las luces de la sala, de la biblioteca y de la cocina. Dejo mi cartera en la sala y en la cocina busco el teléfono que era de la señora Pina. Llevo a Borja hasta la cueva y lo coloco en el centro. Salgo de la casa y entro al garaje, busco varios frascos de gasolina y comienzo a llevarlos a la sala, cuando voy por el último de ellos lo destapo y camino alrededor de la casa regando la gasolina. Entro a la casa nuevamente y tomo otro de los frascos de gasolina y lo destapo, riego gasolina por todos los rincones de la casa y sólo dejo un frasco de gasolina, lo tomo y me dirijo hasta la cueva y me detengo delante de Borja.

-Pronto acabará esto para ambos, he decidido que no merecemos seguir viviendo, te haré el favor de acabar con tu miserable vida y por otro lado yo podré descansar de todo mi sufrimiento.

-¡Estás loca! -Grita Borja casi llorando.

-Tal vez si lo estoy, pero tu eres uno de los responsables de eso.

-Pero... ¿qué te hice?

-¿Qué me hiciste? Pues, tú y tus amiguitos abusaron de mí cuando sólo tenía 14 años de edad, ¡14 años! Yo tenía sueños, sueños que quedaron destrozados después de todo eso. -Digo con tanta rabia que de mis ojos se escapan algunas lágrimas. -¿Quién les dio la autoridad para abusar de mí? Mejor dicho ¿quién le da la autoridad a un hombre para abusar de una mujer? ¿Crees que yo me merecía eso? ¿Crees que alguna mujer merece ser violada? ¿Crees que en realidad disfrutamos de que nos hagan eso? Pues te informo que no tienen la autoridad ni el derecho de hacer eso, que ninguna mujer merece ser violada, que ninguna disfrutamos de eso. Tú no sabes lo que es sentir asco de todos los hombres a causa de varios de ellos, sentir que todos tienen el deseo de abusar de ti; no poder dormir por culpa de la misma pesadilla que se repite cada día, sentir las manos y el cuerpo de la persona que te violó como que si estuviera presente aún; no querer vivir... -Tomo un poco de aire. -Ustedes arruinaron mi vida... Y yo vine a hacer justicia con mis propias manos, porque a pesar de que asesinar a otra persona no se siente bien, al menos hace que me sienta un poco satisfecha, saber que puedo causarles dolor antes de morir, así como el dolor que me hicieron sentir a mí.

-Yo me he arrepentido cada día de mi vida por lo que te hice. No hay peor castigo que éste. ¿Sabes cuantas veces he deseado matarme pero por mi condición no he podido lograrlo? -Replica en medio del llanto.

-No hay arrepentimiento que valga para mí, tal vez Dios te perdonó, pero yo no lo haré nunca.

-Sé que no me perdonarás, y no creo que merezca el perdón de Dios. Ya mucho he sufrido durante estos diez años postrado en una cama, dependiendo siempre de alguien. Estoy en tus manos y no me importa si me vas a matar, como ya dijiste antes, me harás un gran favor...



DISCULPEN SI HAY FALTAS ORTOGRÁFICAS.

¡GRACIAS POR LEER!



La Venganza de Samantha ✅🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora