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Isabella.

La semana pasa volando, ya estoy en viernes, y estoy con todas las energías, porque sé que esta noche habrá club, con o sin amigas iré igual.

Mi computador recibe un correo, veo que es del jefe por lo que me apresuro a leerlo.

Resumiendo dice:
Asunto: tráeme café a la oficina.

Ruedo los ojos por la forma tan descortés que lo pide. Pero hago lo que me pide, lo hago rápido, no alcanzo a entablar una conversación con los trabajadores de abajo.

El café lo hago cargado sin azúcar.

Toco la puerta, esperando que me dé la autorización de entrar, no se demora en decir: "adelante"

—Tome señor, aquí está el café.—Lo dejo con cuidado en la mesa.

Él no dice nada, solo me mira.

—Con su permiso—Me estoy marchando cuando decide hablar.

—Espera.—se para y camina hacia donde estoy.

Me doy vuelta.

—¿Se le ofrece algo más?—Quedamos frente a frente, no me dice que es lo que quiere, pero puedo ver en sus ojos confusión.

—¿No tienes que decirme algo?.

Sé a lo que se refiere, y no, no pienso hablar de eso por el bien de mi trabajo.

—No señor, no tengo nada que decir.—mi respuesta lo hace fruncir el ceño.

—¿Segura?—pregunta deseando escuchar lo que prometimos no decir.

—Si señor estoy segura…

—¿No quiere hablar de esa noche?—pregunta.

—No sé dé que noche me habla señor, jamás lo vi antes—Sabe que estoy mintiendo, pero tengo que hacerlo, es lo que acordamos, esa noche nunca paso.

Y claro que tengo millones de preguntas, pero no me conviene hacerlas, es mejor jugar el papel de tonta.

Suspira como si no le gustara mi respuesta.

—Bien, puedes irte.

Regreso a mi lugar de trabajo.

Unos minutos antes de terminar la hora laboral, aparece Tyler.

—Tyler, es un gusto verte, ¿que te trae por aquí?

—Buenas—saluda con su energía de siempre—Te vengo a invitar a verme tocar en un bar de aquí cerca.

—Espera, ¿Estas en una banda o algo así?

—Pues claro, chica, ¿Acaso no se me nota la cara de artista?—Señala su cara y bate las pestañas.

Me rio, hemos hablado bastante los días que he estado aquí, es agradable.

—¿Y que dices, te espero para que vayamos juntos?—Pregunta risueño.

—Claro…

—Claro que no.—Responde una tercera voz.

Tyler abre los ojos como platos, y yo me quedo mirando al señor loughty.

Antes de que Tyler y yo abramos la boca el jefe habla.

—Ella no puede, tiene que ir a una reunión conmigo.—Sentencia.

—¿QUE?—Decimos Tyler y yo al mismo tiempo.

—Pero señor… No me había informado nada de una reunión, aparte la única reunión que tiene en su agenda es en dos semanas más.—Digo buscando la libreta donde tengo todo anotado.

—Como ves que me surgió una a última hora, así que agarra tus cosas, ya nos vamos—Sin esperarme empieza a caminar.

—Lo siento Tyler—Me disculpo agarrando mis cosas.

—Tranquila, para la próxima será.—Me guiña un ojo.

𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓽𝓸 𝓵𝓪𝓭𝓻𝓸𝓷 |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora