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Adam.

—¿Te gusta mi asistente?—Agrego. Es lo unico que se me ha ocurrido desde que subimos.

—Señor, eso no es tema de conversación de jefe y empleada.—Contesta sin responder mi maldita pregunta.

—Si es un tema, no permito que mis trabajadores se involucren, en cualquier momento se escapan a follar al baño, creeme ya me ha pasado.—Comento sin arrepentirme de la mentira.

Yo soy el unico que se escapa al baño a follar, pero ese es otro tema.

—Si es por eso, tenga por seguro que mi trabajo no lo descuido, si llegara a tener una relación con él me encargaría de mantenerlo privado, que ni usted se enteraría.—Agrega.

Maldita sea.

(...)

Llevamos horas igual.

No sé que hacer, me invente la reunión.

Vamos en mi auto, y estoy pensando seriamente en dejarla en mi casa.

La sensación de molestia se acentuó en mí cuando los vi hablando y riendo, y sus respuesta hace un rato me dejó con ganas de despedir a Tyler.

Mi ego salió lastimado al ver que no le importo esa noche.

¿Yo, lo pase genial esa noche, acaso ella no?

¿Por qué es tan indiferente conmigo.?
Sé la respuesta, y me molesta, me molesta que no sea como las demás, que no caiga rendida a mis pies, y aunque he estado buscando profesionalismo, viniendo de ella me molesta.

A veces deseo que me haga mil preguntas de esa noche. No sé que me diga si lo paso bien o no.

Lo peor de todo es que no debería molestarme.

Sin más remedio, le mando un mensaje a un amigo que me llame, para arreglar el maldito pequeño ataque de celos.

Ella ya esta dormida—Hemos estado aproximadamente dos horas andando en auto sin sentido—Pero decido decir mis líneas de igual manera cuando contesto.

—Mmm, Bien.—Me quedo en silencio un rato en el teléfono—Si, entonces se cancela la reunión, esta bien, nos vemos el lunes, adiós.

Corto la ''llamada''

Como se me es camino a su casa, la voy a dejar.

No sé cuanto me demoro en llegar.

Me quedo aparcado fuera de su casa, y me quedo mirándola.

Después de un buen rato observándola decido despertarla

—Isabella...—le toco el hombro.—Despierta

Parece ser liviana de sueño porque despierta al instante.

Se acomoda en el asiento mirando con confusión para afuera.

—¿Y la reunión?—pregunta frunciendo el ceño.

—Se canceló a última hora.—No me molesto en decir nada más.

—Mmm, está bien.—toma su bolso— Adiós, supongo...

Se baja del auto, y yo me quedo mirándola hasta que entre a su casa, como un maldito loco, espero que las luces de su casa se apaguen para poder irme en paz.

Me voy tranquilo, porque pude evitar que se fuera con otro.
Me voy con una nueva meta. Más bien un reto.

Hacer que caiga en mi cama, para comprobar que le gusto lo de esa noche

Con tanta mierda tengo que tener un poco de diversión, ¿No?

Me voy a casa contento, por un nuevo proposito.

Si, tengo que lograrlo, y como soy un loughty, es obvio que lo lograré, digo, ¿Quien no cae ante los encantos de los loughty?

Todos siempre terminan por caer.

𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓽𝓸 𝓵𝓪𝓭𝓻𝓸𝓷 |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora