Adam
Llegó al hospital con el pulso demasiado débil. No se sabe si sobrevivirá.
Arturo quiso venir con ella en la ambulancia, pero no pudo, porque solo una persona podía acompañarla, y obviamente iba a ser yo.
Estoy demasiado nervioso, triste, preocupado.
No la quiero perder. No la puedo perder.
Hace rato en la ambulancia sufrió de un paro respiratorio, por suerte lograron reanimarla.
No sé que seria de mí si la hubiese perdido en ese momento.
La incertidumbre no me ha abandonado, cuando estaba en el suelo, ella iba a decir una palabra.
Ella iba a decir esa palabra. Pero no pudo.
Simplemente, no logro sacar esas palabras de su boca.
Mierda.
Ahora mismo me siento tan incompetente. El hijo de puta que hizo esto ya está muerto. Me hubiese encantado matarlo con mis propias manos, pero se me adelantaron.
Estoy inquieto y con rabia.
La rabia es por mí, por todos, más por la supuesta mamá que ha estado sentada en el mismo sitio mirando el suelo.
Arturo se encuentra buscando unos cafés, no nos llevamos bien, pero por Isabella tenemos que intentar convivir.
El doctor no ha salido.
No dice nada de ella, le preguntamos a una enfermera y ella dijo que estaba en cirugía para extraer la bala.
Dios.
Por ahora estoy va bien, creo.
La cirugía tiene que ser un éxito. Ella no se puede ir.
Hace unas dos horas llamé a unos contactos, pedí que me trajeran un vestido blanco, y un velo.
Ya sabrán para qué.
Esto significa una cosa, sí. Lo voy a hacer.
Es muy impulsivo, pero es que no puedo estar más sin ella. Y casarse será la única forma de que permanezca a mi lado.
Sea como sea será mi esposa, no me importa que esto sea ilegal o lo que sea, ella portará mi apellido.
No sé si ella esté de acuerdo. Pero decidirá cuando despierte,porque lo tiene que hacer.
Si dice que no, todo bien, por muy mal que suene, será mi esposa pero no lo sabrá.
Vendrá un cura.
Estará todo listo, y si ella no quiere, no me daré por vencido.
Esto será algo previo, cuando ella salga de cirugía y se mejore, le daré la boda que se merece.
Veo al doctor salir y me acerco a él, él me reconoce, porque yo ayudé a bajarla de la camilla y le pedí estrictamente que le salvara la vida o de lo contrario tendría problemas.
—¿Y cómo está?—inspecciono su cara buscando señal de que es lo que ha pasado.
—Ella está bien, por ahora.—con lo que dice siento que el aire vuelve a entrar a mis pulmones.
—sin embargo, está delicada, eso no le quita que esté en riesgo, sufrió un para respiratorio en la ambulancia, y se podría volver a repetir.—explica—por ahora solo queda esperar.
—Puedo pasar a verla, quiero verla doctor por favor.—ruego para que no ponga ningún pero.
—Lo ideal es que no reciba visitas—Me aseguro de levantarme la camisa un poco para que vea mi arma—pero... podría hacer una excepción, solamente puede pasar usted.
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𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓽𝓸 𝓵𝓪𝓭𝓻𝓸𝓷 |Editando|
FantasíaPRIMER LIBRO. Todo empezó con una noche que ninguno de los dos planeamos, yo quería deshacerme de unas pruebas que perjudicaría a mi hermano, y ahí estaba ella, cachonda y asustada, nunca pensé que la follaría esa noche, y lo hice, me dejó enredado...