11

4.9K 319 7
                                    

Isabella.

Estaría mintiendo si dijera que no sueño con él todas las noches.

Es atractivo.

Pero…

Pero es mi jefe, y debo cuidar mi trabajo.

No me puedo dar el lujo de perderlo.

A veces me gustaría que no sea mi jefe. Todo sería más fácil. Sería fácil quitar las ganas una vez más y ya esta, no volver a verse nunca más.

Pero lamentablemente si es mi jefe.

Ayer no pude salir con Tyler, pero hoy que es sábado si, y no hay ningún jefe a la vista que arruine mis planes.

Quedamos en que vendría a buscarme en la noche, vamos a ir  al bar  en el que toca, ahí lo veré tocar y me divertiré, esta vez tendré cuidado en lo que beberé.

Tengo que empezar a cuidarme.

Horas después ya estoy lista con una camiseta lila y una falda negra.

No es el mejor oufit pero sirve.

Tyler me mando un mensaje que ya venía en camino como hace cinco minutos, por eso decido esperarlo afuera. Ya debe esta por llegar.

En mi bolso obviamente no puede faltar mi gas pimienta.

Reviso llevar las llaves, mi celular y otras cosas necesarias para una mujer.
Un bocinazo me hace saltar, haciendo que casi me caiga.

Veo que es Tyler, y se está burlando de mí.

Como persona vengativa que soy, decido que más tarde me vengaré.

No nos demoramos nada en llegar.

—¿Quieres algo de beber?—Pregunta.

—Si por favor, tráeme lo que sea menos mojito.

Él asiente y va a pedirlos. Aprovechando que no esta a la vista, saco unas pastillas de mi bolso para luego ponerselas en el trago, estas pastillas lo van a hacer explotar cuando le toque subir al escenario.

¿Digo, sería muy terrible que se tome unos laxantes, ?

Na, no creo.

Aparte por muy insignificante que sea lo que me haya hecho, me voy a vengar.

Será una pequeña bromita…

A los minutos después lo veo bajarse del escenario para ir al baño. Yo me quedo riendo cuando siento una mano en mi hombro.

Estoy a punto de sacar el gas pimienta cuando veo quien es.

Es mi jefe…

—Has salido igual con él…—Me habla en un tono duro.—¿Te gusta?

Niego.

—Mire, no sé que problema tiene, pero no es horario laboral, por lo que no le tengo que obedecer.

Se acerca peligrosamente a mí.

—Isabella…—Suspira—Hagamos algo, por esta noche, olvidaremos que soy tu jefe.—Pone sus manos en mi cintura, pero yo me aparto.

—No, no podemos…—Me quedo con las demás palabras en la boca, porque sus labios tapan los míos.

Estaría loca si dijera que no me desvanezco en sus brazos.

—No puedo, mi trabajo está en juego.

—Tranquila, sabremos separar lo laboral de lo personal, prometo que mantendras tu puesto, y que nuestra relación  no influirá en desiciones laborales.

Me quedo aturdida cuando él se separa.

Ya está, esto es lo que necesitaba...

Esas palabras se las recordaré.

Si no hubiese pecado esa noche no tendría este problema ardiente con mi jefe. Pero siendo sincera, agradezco tener este tipo de problemas.

Lo veo hablar con una chica, le pasa dinero. La chica asiente y él le muestra algo en su celular.

Tras esperar unos minutos el aparece nuevamente y me guía a la salida, camino sin decir nada y me acuerdo de Tyler.

—Espera, yo vengo con Tyler no puedo dejarlo solo.—Hablo.

—No te preocupes, mi amiga se encargará de entretenerlo.—Me abre la puerta de su auto, ni cuenta me di cuando llegamos a él—Vamos.

—¿A donde?

—A mi casa, a fingir que no soy tu jefe—Medio sonríe.

—Pero ¿y Mariana?—Pregunto, no pienso ser el cuerno.

—Mariana está obsesionada conmigo cariño, por eso te pedí que no la dejaras pasar a verme, me tiene harto.

Al final caigo.

Soy débil, soy humana...

𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓽𝓸 𝓵𝓪𝓭𝓻𝓸𝓷 |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora