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Adam.


Estoy en el patio.

No sé que está pasando.

Llegaron unos policías y todos arrancan.

No se para donde ir así que me quedo donde estoy. Me doy cuenta de que estos policías vienen en mi dirección.

—tápenle la cara y síganme.—dice uno.

Les doy una mirada a los chicos que me siguen, dándoles a entender que no hagan nada.

Me esposaron las manos, y me cubrieron la cabeza.

Me dejo guiar a no sé donde. Tengo una mínima esperanza de que Isabella está detrás de esto. Puede que me quiera ver.

Con ese pensamiento, me quedo un poco tranquilo.
Hasta que me dejan en un lugar.
Apenas me sacan la cosa que me impedía ver. Puedo observar la habitación.

Es normal.

No sé cómo más describir una habitación de cárcel. Helada y fea.

Dejo de mirar la habitación y me concentro en la persona que esta observándome.

Arturo.

—vaya, no sabía que querías verme—digo—mira, no me malentiendas, pero no me gustan los hombres, si esperas que me acueste contigo no lo haré...

Él me interrumpe.

—Sabes, ella estaba en el hotel la última vez que la vi, la estaba esperando en la comisaría, íbamos a ver unas pruebas, que casualmente, según lo que investigué, involucran a tu hermano.—me regala una sonrisa—la llame mil veces, pero no contestó, desde ahí supe que algo andaba mal, luego, me entero de que ayer hiciste una llamada.

—si, según sé, tengo derecho a hacer llamadas.—contesto absolutamente perdido, no entiendo nada.

—La llamada era a tu hermano, de quien encontramos pruebas.—se pasea de un lado a otro—ahí entendí lo que pasa.

—¿Qué cosa?

—Tú la mandaste a secuestrar—me mira con desprecio.

—no tengo ni puta idea de que hablas...

Su puño me hace callar.

Hijo de puta.

—¡Dime donde la tienes!—sin poder contestar vuelve a golpear su puño en mi cara.

—No sé dé que mierda me estás hablando—escupo sangre.

—Ella me dijo, me dijo lo que le hiciste, no me sorprende que la hayas secuestrado para vengarte de ella por meterte aquí, o para que no se sepa lo de tu hermano.—está realmente enojado, y yo no entiendo nada.

—Espera—hablo evitando de recibir otro golpe—¿Me puedes explicar de que mierda me acusas?

—No te hagas el que no sabe nada hijo de puta.

—de verdad no sé dé que me hablas...

Me toma del cuello.

—¡Habla conchetumadre!—su puño esta vez se dirige a mí estómago dejándome sin aire—Cuando encuentre a Isabella, y la salve de tus garras, me encargaré que te pudras en una celda, te vas a secar como el pedazo de mierda que eres.

Ahí mi cerebro actúa.

Isabella.

Mierda algo le pasó, y él piensa que yo soy el responsable.

—No, no, yo no la tengo joder—me empiezo a asustar.

Ojalá sea mentira lo que dice este cabrón.

No otra vez, no puede pasar por eso de nuevo.

No lo voy a permitir.

Joder no.

Intento controlar mi respiración. No puede pasar por esto.

Mierda.

Tengo que salir de aquí.

Lo tengo que hacer.

Notaa: dejo esto aquí y me voyy

Byee♡

Sin editar☆

𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓽𝓸 𝓵𝓪𝓭𝓻𝓸𝓷 |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora