- Quiero comprar si es posible todo, o por lo menos el 60%. - acote.- No podemos darte todo, te puedo ofrecer el 20% nada más. – mire feo ya que eso no me sirve.
- Con mi inversión, salvaremos a tu empresa y nos expandirnos más.
- El trato es que respetaremos tal cual vienen manejando, pero con algunos cambios. – dijo Tina.
- ¿Por qué quieren toda la compañía?
- Están en la quiebra, prácticamente pronto cerradas si no hay inversión, ¿que será de los empleados? – la verdad eso no me preocupaba por que me importaba la marca.
- Christian piénsalo. – miro a Tina para que ayude a convencerlo. – ya tienes la marca y muchos clientes fieles y solo queremos ayudar, pero desde nuestra administración.
La reunión duró aproximadamente 5 horas, Christian al inicio nos mostró su presentación para apoyarlo e invertir en su empresa, sin embargo, como ya íbamos abrir nuestra propia cadena de hoteles en todo el país quería una marca propia diferente al de mi apellido y es por eso que la compañía de Christian con su trayectoria en el mercado se nos hacía más fácil y como sabíamos que tenía problemas el comprarlo se nos haría más fácil.
Solo ahora que Christian no quería venderlo, pero ya hace unos meses atrás adquirí el 20% de las acciones que puso a venta y como siempre digo quiero el control total de la empresa.
- ¿Crees que acepte? – mire a Tina.
- Lo hará, no tiene otra opción. – responde Tina sin dejar de mirar mientras conducía a las oficinas.
- Tina, déjame en el próximo semáforo. – dije.
- ¿Qué paso? – pregunto preocupada.
- Nada es solo que quiero pensar un momento.
Tina estacionó el auto, las dos estuvimos 5 minutos sin decir nada por lo que me bajé y lo único que le dije es “nos vemos en la oficina”. Aun recibía mensajes de Martin y siempre los evadía y algo me dice que esta situación me estaba distrayendo más de lo que pensé y estar así odio.
En lo que pensaba y caminaba entre a una cafetería, no sé si es porque me sentía cansada o solo por que me apetecía en estos momentos un café.
- Hola. – salude acercándome a la caja. – un café para llevar.
- ¡Buenas tardes! – saludo. – sería $3.
- Claro. – saqué $10 de mi bolsillo y lo extendí hacia ella.
- ¡Di!, la mesa 11 quiere el cobro a nombre de empresa. – dijo una mesera a mi costado, su voz hizo erizar mi cuerpo al mismo tiempo me tense y que no decir de mi corazón que empezó a latir más de lo normal.
Me separe un poco dándole espacio y cuando iba volver hablar mi celular comenzó a sonar por lo que me aleje de ambas y conteste.
- Hola
- ¿Ya deja de dar pena, donde estás? – Tina parecía estar de buen humor.
- En una cafetería.
- Tráeme un café, ¡por favor! – suplico.
- No quieres otra cosa más. – no, escuche decir. – que Jean pase a recogerme cuanto antes, te paso mi ubicación.
- Ok. – corte la llamada. Volví a la cajera.
- Me das otro café para llevar.
- $3.- respondió, estaba molesta o que.
- ¿Dónde lo entregan? – pregunte extendiéndole los $3.
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Amor con aroma de café
Teen FictionAndrea Lombardi, una chica que lo tiene todo a su corta edad, trabajo y sus mejores amigas. Un día decide comprarse un departamento y mudarse hasta que un día entró a una cafetería y vio a Daniela una mesera con unos hermosos ojos. Desde entonces A...