Capitulo 3. Tengo neumonía.

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Pedri

Lo analizo todo demasiado,
mirando de reojo a cada lado,
luego me arrepiento pero bueno,
amante del caos más que de lo caro...

Adrenalina de Pole sonaba en mi coche mientras salía del entreno de hoy, me había costado decidirme si pararme con los fans o no pero luego Grecia vino a mi mente y pense que pararme era lo correcto, gracias a ellos también estaba aquí, aunque siempre era fotos y firmar, a mi me gustaría muchas veces escuchar que es lo que les gustaba ciertamente de mi o que desde sus puntos de vista me dijeran que era lo que podría mejorar, para ellos era un Iniesta...

Una llamada entrante hizo que la canción parara, mire hacia la pantalla para ver de quien se trataba: Melyssa.

—Hola, dime.

—¿Que pasa? ¿Te has olvidado de tu amiga o qué?

—Melyssa sabes que apenas tengo tiempo, ¿mañana tienes hueco para almorzar?

—No sé, no sé...tendré que ver si madrugo solo por verte.

—Venga no te hagas la remolona que sabes que no me gusta.

—Que sí que quedamos, pero no muy pronto anda.

—Pero si paso a por ti no me seas vaga.

—Vale, pues avísame la hora luego que estoy conduciendo yo ahora.

—Deja el móvil Melyssa cuantas veces te lo tengo que decir.

—Vale si si, adiós.

—Adiós.

No era el más indicado para decirle que dejara el móvil mientras conducía porque yo estaba haciendo exactamente lo mismo, mala costumbre, Melyssa era mi amiga desde hace varios años y siempre necesitábamos vernos y saber el uno del otro pero a veces se nos complicaba, la realidad era que los dos trabajábamos y no nos daba la vida.

Depresión bajo el neón o cada lunes,
solo espero a que vengas o a que me llames,
hablando con el camarero de ti,
cupido siempre hablando de ti
no te voy a soltar si te tengo aquí, antes dudaba incluso de mis ganas de vivir...

La canción de nuevo vuelve a inundar todos mis sentidos haciendo así que Grecia venga a mi mente, hablando con el camarero de ti...
Había estado en la VIP con Antonio antes de entrenar y no había parado de preguntarme si sabía algo de ella y que si la iba a volver a ver, que no hiciera el tonto que me conocía de sobra para saber que esa niña había causado algo en mi, simplemente contaba con ser yo quien la buscara esta vez, las veces que la había visto fue porque ella acudió a sitios muy probables que yo habitaba y yo le dije que quería invitarla a cenar, hacer algún plan y saber de ella, demostrarle que no era uno de esos futbolistas arrogantes como ella pensaba.

Llevaba cinco días sin verla, mis horarios ocupados me impedían querer verme con la gente ósea que había muchos ratos de mi ausencia, también tenía prioridades y no podía estar siempre conectado o atado a ciertas personas o hacer la vida normal de un joven, porque si, aunque yo fuera joven no era uno cualquiera, solo sabía que quien quisiera estar en mi vida tenía que aportar y si no que apartara y por supuesto que entendiera que el fútbol es mi pasión.

Nada más dejar el coche entro a casa y tiro las llaves y el móvil sobre el sofá, el ruido de mi hermano bajando las escaleras me sorprende cuando se asoma por la puerta.

—¿Que te ha ido mal el entreno o que?

—No, ¿por?

—Estas raro.

—¿Tú le hablarías a una fan? —me giro para evitar ver la reacción de su cara—

—¿Cómo? —el tono de su voz confirma el tipo de reacción— Pedri, ¿una fan?

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora