Capitulo 18. ¿Dejar a mi morena? Nunca.

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Pedri

Si todos estábamos emocionados por asistir a la competición de natación de Naila más nos decepcionamos cuando nos dijeron que se la cambiaban a mañana por la mañana, ósea que el martes por la mañana teníamos a Naila con su natación y por la tarde al club en su partido en el cual yo aún no jugaba, necesitaba recuperarme ya.

Aún así Gavi iría, había hablado conmigo y yo le había insistido en que no se tragara la competición de Naila porque luego para el partido iría a estar cansado, pero él cabezota me dijo: "deja que me encargue yo de Naila y tú estate pendiente de Grecia", a lo que yo no quise decirle más y me hizo dudar en varias cosas.

El día lo pasé con los chicos en la bolera, habíamos decidido despejarnos para que aliviáramos entre todos la tensión del partido de mañana y ahora estaba viendo una película con Fer, habíamos cenado tarde y se nos estaban haciendo las once de la noche hasta que recibí una llamada.

—¿Luis? —dije al contestar—

—Hola Pedri, de verdad que siento las horas pero necesito que me hagas un favor.

—¿Pasa algo?

—Pues que Naila ha salido de natación y llevará una hora la pobre esperando a que Grecia le abra la puerta, no sé si es que se ha dormido o le ha pasado algo y por eso no abre —su preocupación me contagio de inmediato y me levante directo a ponerme la camiseta—

—¿Pero se encontraba bien?

—Si, estaba todo bien, pero yo no puedo salir del trabajo ya van muchas veces que salgo por este tipo de situaciones y al final me la estoy jugando, ¿te puedes pasar aquí a por las llaves?

—Pásame la ubicación y voy para allá.

—Gracias de verdad.

La llamada finalizó y cogí lo necesario dejando la película a medias, Naila la pobre seguro que iría cargada y estaría esperando preocupada a que su hermana le abriera la puerta.

—¿Ha pasado algo malo? —pregunto Fer—

—No lo sé, ósea creo que no, eso quiero pensar.

—¿Te acompaño?

—No, tranquilo, tú sigue viendo la película o acuéstate.

—Avísame lo que sea.

—Vale.

Dicho eso salí por la puerta a toda hostia, ¿y si mi morena se había desmayado y por eso no le abría la puerta a Naila? Necesitaba tener las llaves ya en mis manos y comprobar que era lo que pasaba.

Recogí las llaves de Luis, a quien no pude verle la cara porque las dejo en recepción esperando que yo llegara mientras que una joven chica trataba de hacerme ojitos, pero yo solo quería ver los ojos de Grecia, en cuanto las tuve volví al coche y conduje lo más rápido que pude, aparqué el coche unas calles algo lejos y camine hacia el portal de Grecia, tarde poco en abrir abajo y mientras subía los escalones ya escuchaba a Naila dando golpecitos en la puerta cansada de insistir.

—Grecia si me muero de hambre será tu culpa como estés durmiendo —escuche mientras terminaba de subir y negué riendo—

—A ver ya llega Pedri al rescate —dije cuando la vi sentada con la bolsa de natación que era casi más grande que ella, los ojos brillaron viendo que había solución y se levantó de un brinco—

—¿Traes llaves? —subo mi mano indicándole que si y cojo la bolsa suya quitándole un peso— Es que no abre la tía.

—Se habrá dormido —digo intentando quitarle importancia cuando empiezo a abrir la puerta—

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora