Capitulo 13. Daria mi vida por ti.

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Grecia

Dos dias después de ir al médico mi infección de orina había desaparecido y solo hacía más que agradecer a la vida, era de los peores dolores que había sentido, menos mal que me mandaron un sobre de los que saben fatal pero hacen que todo termine fácil.

—Tengo que hablar contigo cariño —me dijo mi padre mientras me acomodaba las zapatillas con dificultad por el collarín que aún seguía llevando—

—¿Que es?

—¿Tu te ves bien?

—Si, he quedado ahora con Alex.

—¿Con Alex? Hace mucho que no sabía nada de él.

—Bueno es que teniendo en cuenta que discutimos como cualquier par de amigos.

—Lo que pasa es que ese chico está por ti y no te das cuenta —mientras me ponía los pendientes mi padre volvió con lo mismo de siempre—

Otra vez con lo mismo.

—Que no papá, que no es así.

—Yo lo que te quería decir es que Pedri ya está en casa —deje de mirarme al espejo para girarme de golpe a mi padre, sentí mi corazón desesperado—

—¿Le han dado el alta?

—Ayer se la dieron.

—¿Y ahora que se la dan te da por querer hablarme de él?

—Grecia hija...—enseguida le corto—

—¡No papá! Me habéis hecho mucho daño entre todos y aún así a penas me he quejado.

—Fue decisión de Pedri y mía, solo queríamos que estuvieras bien.

—Genial, me voy que llego tarde.

Literalmente paso de mi padre y salgo dando un portazo de casa, las ganas de llorar me inundan y la rabia acumulada hace que las lágrimas caigan con mucha velocidad, casi que puedo asegurar que veo borroso. El daño de esa decisión había sido por parte de Pedri también pero no iba a ser rencorosa, no con el, sin embargo mis pies se dirigen a otra dirección y no en la plaza donde había quedado con Alex, lo iba a dejar plantado por ir a ver a Pedri y por nada del mundo me arrepentía de esa decisión, yo ya estaba bien, el collarín en dos días me lo quitaban y lo llevaba más que nada por las broncas de mi padre, lo único que peor dolor me suponía eran los cortes en el pecho, pero estaban cicatrizando adecuadamente, la noche era lo que más mal pasaba, porque me entraba la tos y podía estar tres horas perfectamente tosiendo hasta que mi cuerpo decidiera que ya estaba bien y así todas las noches, la neumonía no paraba conmigo.

Intenté calmarme y limpiar las lágrimas mientras miraba el lado positivo, Pedri estaba fuera del hospital, nadie sabía a donde me dirigía y esta vez no me iban a parar, esta vez no.

De aquí a su casa había camino y más para mi que recientemente no estaba muy bien y cuanto apenas con unos pasos me cansaba pero caminé sabiendo que estaba dejando atrás a Alex para ir a ver al canario, no me sentaba mal hacerlo porque necesitaba verle pero quizás debía avisarle de que no iba a llegar para que no pensase que esperándome funcionaria, así que simplemente decidí mandarle un Whatsapp.

Yo: me ha salido algo muy importante y no lo puedo cancelar

Yo: lo siento alex

Alex: de verdad? me dejas tirado?

Yo: es importante, no lo tomes así

Alex: puf grecia, no me hace gracia

Alex: ya me dirás

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora