Capitulo 51. ¿Grecia estas enamorada de mi?

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Grecia

Es viernes por la tarde y estoy sentada en el aeropuerto, justo después de haber comido algo. Nunca pensé que estaría tan nerviosa por un viaje, pero aquí estoy, esperando para embarcar. Pedri está a mi lado, y aunque me tranquiliza que esté tan pendiente de mí, no puedo evitar sentirme un poco perdida. Nunca he volado antes, y todo este ambiente me resulta tan confuso.

Hace unos días, que la infección de orina desapareció. No es que me guste hablar de eso, prefiero olvidar que me sentí tan mal, y concentrarme en lo que viene: ¡El cumpleaños de Pedri! Mañana cumple 21, y aunque él no lo muestra mucho, sé que está nervioso también. Es un día especial, y quiere que todo salga bien. Si, hoy es 24 de noviembre, tampoco llevamos mucho Pedri y yo pero para mi me resulta que si.

Melyssa, no va a poder venir. Su hermano sigue en coma, y sé que eso la tiene destrozada. Dejamos a Nilo con ella en Barcelona, era lo mejor para todos ahora, aunque me duele un poco no tenerlo aquí conmigo. Sé que Pedri echará de menos a Melyssa, y eso me pone un poco triste también. Al menos se harán compañía Nilo y ella.

Aun así, no estamos solos. Nos acompañan Pablo Torre, Balde, Lamine, Ferran, Gavi, Fer, Ansu Fati y algunos más del equipo.

Siento un nudo en el estómago. No es que no quiera ir, al contrario, estoy feliz de estar con Pedri en su cumpleaños. Pero hay algo que me tiene nerviosa, y mucho: conocer a su abuela. Pedri me dice que no me preocupe, que a su abuela le caen bien todas las personas que él quiere.

Respiro hondo, tratando de calmarme. Al menos sé que sus padres estarán allí, y ellos siempre me hacen sentir bien. Es solo que, para Pedri, su familia es muy importante, y quiero que ellos también me vean como alguien especial en su vida.

Estoy sentada en la sala de embarque, conocer a la familia de Pedri me pone nerviosa... ¡uf! Mi cabeza no para de dar vueltas. A mi lado, Pedri, Ferran, Lamine y Ansu están muertos de risa. No puedo evitar escucharlos, aunque no preste mucha atención. Están haciendo bromas sobre los zapatos que lleva una turista que está sentada no muy lejos de nosotros. Ferran es el que empieza, con esa sonrisa pícara suya.

—¿Pero habéis visto esos zapatos? Parecen salidos de una película de ciencia ficción.

—No sé si son zapatos o dos naves espaciales a punto de despegar —comenta Ansu, lo que provoca más carcajadas entre ellos—.

—A lo mejor tienen algún súper poder y no lo sabemos —dice Lamine, lo que hace que todos estallen de nuevo—.

—Si esos zapatos fueran un equipo, definitivamente no estarían en primera división.

Eso último lo ha dicho Pedri, ellos siguen riendo y haciendo comentarios, pero yo apenas puedo concentrarme en lo que dicen. Gavi, que estaba sentado cerca, parece darse cuenta de que no estoy del todo bien. Se inclina un poco hacia mí y me habla en voz baja, para que los demás no nos escuchen.

—¿Estás bien? Estás algo pálida.

—Estoy un poco nerviosa.

—Seguro que les vas a encantar. Además, si has sobrevivido a Pedri hablando de sus botas de fútbol durante horas, puedes con esto.

No puedo evitar reírme un poco, a pesar de todo.

—Que tonto.

—Si te sientes mal dímelo. ¿Vale?

—Tranquilo.

Saber que Gavi está pendiente de mí me hace sentir un poco más tranquila.

Finalmente, anuncian el embarque. Mi corazón empieza a latir más rápido mientras nos levantamos y nos dirigimos hacia la puerta de embarque. Siento un ligero temblor en las manos, pero Pedri, que lo nota al instante, me agarra la mano con firmeza. No me suelta ni un segundo, y aunque no lo dice, sé que quiere asegurarse de que me sienta segura en cada paso.

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora