Capitulo 27.2. Te quiero muchísimo.

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Pedri

Quizás si algún día cuando Grecia dejo caer su móvil accidentalmente me hubieran dicho que se iría a convertir alguien especial en mi vida no me lo creería, bueno para ser sinceros arranque cansado de tantas fotos y firmas ese día que yo mismo me lleve el móvil, también pensé que sería una fan con más carácter que otras pero conforme pasaban los minutos mientras la interrogaban los policías y los de seguridad yo me interesaba más por ella y por su actitud pasota, así que aquí estoy llevando a Naila a una sesión de fotos de natación después de haber tenido otra situación tensa en mi casa con su madre.

—¿Y que vas a hacer ahora? —pregunte—

—¿Ahora?

—Vives en casa de tu madre y está enfadada contigo.

—Y yo con ella.

Naila miraba el móvil distraída sin alzar mucho la vista y aproveché para averiguar cosas.

—¿Entonces?

—Apenas me hablo con mi madre, desde que se separo con mi padre ya no es la misma.

—¿Y Alberto? ¿Tu padrastro? ¿Vive ahí?

—Convive de vez en cuando, pero yo discutí con mi madre y bueno...

—¿Si? —indague— ¿Que pasó?

—Es que se cree mi padre, la casa es de mi madre y muchas veces se queda a dormir con ella cuando yo le digo a mi madre que no me siento cómoda con él en casa.

—Pues eso tú madre lo debería de entender, invade tu privacidad.

—Ya.

—Pues cuando esté aunque no te toque porque sería él quien se debería de ir pues o sales con las amigas o te vas a tu habitación.

—Si, me cierro por dentro —dijo tecleando en su móvil—

—¿Como? —eleve una ceja y dejó el móvil entre sus piernas para mirarme—

—Pues porque no me fío, ademas discuten mucho y se pone un poco agresivo.

—¿Agresivo en qué sentido?

—Pues el otro día rompió el plato de la cena.

—¿Tu estabas ahí delante?

—Si, pero me fui a mi habitación ya se apañarán ellos.

—¿Y eso tu padre lo sabe?

—¿Mi padre? ¿Para que?

—A mi no me gustaría saber que mi hija tiene que aguantar numeritos agresivos de la nueva pareja de mi ex mujer.

—Suficientes problemas tiene ya.

—Mientras solo sea eso...—deje caer intentando descifrar sus expresiones— porque tú tienes carácter.

—Yo discuto mucho con el, aunque claro...¿con quien no discuto yo? —dijo riendo y reí a la vez que ella por su tono—

—¿Y qué? ¿Se achanta?

—Termina interrumpiendo mi madre.

—¿Y cuando no está tu madre?

Entonces su mirada cambió y giró la cabeza a la ventanilla, una mueca salió de ella.

—¿Grecia te ha pedido que me preguntes?

—No, no, que va, en serio Naila.

Se quedó en silencio y pude notar como el tema le empezaba a incomodar.

—Vale.

—¿Que tal con Martin? —cambie de tema y suspiro— Vaya, me he ido a un tema peor.

—Para Martín soy una inmadura.

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora