Capitulo 6. No te podré tocar nunca.

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Grecia

Los días pasaron y no supe más de él, básicamente porque estuve llena de exámenes y debería de tener yo algún día la iniciativa, pero a mi me daba miedo, miedo a que pensara que por ser su fan ya no tan fan pero si fan me aprovechara de algo o sonara a desesperada. Para él era más fácil avisarme pero yo a su lado no era nadie y tampoco quería parecer una pesada.

Ahora estábamos celebrando el cumpleaños de Naila, mi hermana cumplía 15 y no podía estar más contenta de poder estar pasando el cumpleaños con ella en casa en vez de en el hospital, es una de las cosas que más quería y se ha cumplido como nunca.

—¡Pide un deseo Naila! —dije a su lado mientras le cantaban el cumpleaños feliz—

—Ya sabes cual es.

—No cariño, otro —dije con lastima por mi misma y pude ver como le salían las lágrimas—

—¡Te deseamos todos cumpleaños feliz! —cantaban todos y yo miraba a mi hermana orgullosa—

Ella sopló las velas y aunque le dije que pidiera otro deseo que no fuera que yo me curara que era algo que todos queríamos descubrí que si lo pidió cuando nada más soplar las velas se lanzó a mis brazos abrazándome, todos aplaudían mientras ella lloraba y yo intentaba calmarla.

—Venga luego te damos los regalos, ahora tarta —ella asintio y se levanto de mi lado—

—Quien lo iba a decir Naila con quince...—dijo Brenda a mi lado—

—Estoy muy feliz Brenda.

—Todos estamos felices, te estás recuperando y tu hermana está creciendo a tu lado de la mejor forma, mírala si a este paso va a tener más tetas que yo.

—¡Brenda tia! —le pegue un manotazo y comencé a reír—

—No se que tienen estas niñas de hoy en día que aparentan una edad que no tienen.

—En nada la veo en una discoteca llevándose todas las miradas.

—¿Que tal con Pedri?

—No sé nada, solo lo que veo por historias de Instagram.

—Bueno solo han pasado unos días, ¿porque no le hablas tú?

—Eso quiero, pero imagínate que no quiere saber mucho más de mi.

—Yo creo que si, pero todas las veces te ha buscado el.

—Vale, le hablaré, pero no me pongas nerviosa.

—No lo hago, solo te aconsejo.

De repente sentía un temblor extraño en mi cuerpo, ¿porque me ponía tan nerviosa al hablar con él o de él? Lleve mi mirada a Naila quien cantaba un karaoke con sus amigas en el salón, mi padre miraba feliz la escena y pude sonreír con tranquilidad, aunque aquí faltaba mi madre quien siempre ponía excusa de que tenía mucho trabajo, le había tocado organizarlo todo a mi padre cuando Naila realmente pasaba más tiempo con mi madre, Naila bailaba y cantaba al ritmo de Quevedo la canción de Sin Señal sonaba y no pude tener otro pálpito más claro que este para hablarle.

Yo: holaa

Yo: oye que tal?

¿Pero que clase de tía coge y le habla así a su ídolo? Se notan mis nervios a simple vista.

—No había señal en el party por eso no te llame —Naila cantaba y bailaba mirándome—

—¡Guapa! —le grite para que se lo creyera más—

No tardo mucho en volver a sonar mi móvil con unas notificaciones que pusieron mi cuerpo a temblar al ver de quien se trataba, a penas había tardado en responderme.

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora