Capitulo 10. No dejeis que se duerma.

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Pedri

Sangre.

—Por favor —oí a Grecia quejarse de dolor mientras que yo apenas me podía mover— Me duele, me duele mucho.

—Ya voy Grecia, respira —dije apartando el brazo adolorido e intentando soltar mi cinturón— Joder...—me queje de dolor en el pecho y todo pasaba a cámara lenta mientras que el humo salía a toda hostia—

—Socorro, me arde —fue suficiente oír sus quejas de dolor suplicando para moverme por mucho que cada movimiento me doliera más que el otro—

—No te muevas, te vas a cortar —ni si quiera me atendía porque el humo iba directo a sus pulmones y está no podía casi respirar—

—Quítamelo, duele mucho —la parte superior de su pecho estaba lleno de cristales y sangraba, mi dolor no impidió que actuara, solté su cinturón con delicadeza y pase mi mano lentamente apartando los cristales— No, escuece, por favor —se quejaba del dolor de los cortes y necesitaba que saliera ya de ahí, estaba en pleno ataque de tos y apenas veía con el humo—

—Grecia tienes que salir de aquí, no puedo moverme apenas —dije pero ni si quiera escuchaba mi voz, se ahogaba, busqué su mano y la cogí con fuerza para que me escuchara—

—Mi cuello...—ni si quiera lloraba, pero se que estaba apunto, la puerta suya se abrió de golpe mientras que el humo salía ni si quiera reaccionaba—

—¡Sacarla joder! ¡Que se va a ahogar! —grite inquieto pero cada movimiento que hacía dolía el doble— ¡Gavi sácala, no la dejes sola! —grite al reconocer la voz, mi mirada fue directa al pequeño cuerpo de Grecia que estaba siendo sacada en los brazos de Gavi, me recosté en el cabecero y grite de dolor—

—¡Tete! Vamos tenemos que salir —mi hermano acababa de venir a por mi y yo negaba de dolor—

—Conducía bien lo juro.

—No ha sido tu culpa Pedro —que me llamara así hizo que un nudo se creara en mi garganta— te voy a sacar de aquí.

—Me duele mucho la pierna, el pecho, todo el cuerpo —dije quejándome—

—Hay mucho humo cógete a mi.

—Ayuda a Grecia, déjame aquí.

—No pienso dejarte aquí, eres mi hermano.

—Por favor ayudar a Grecia.

—Gavi está con ella y yo estoy contigo, como siempre Pedro, no te dejo solo.

Asentí como pude y me cogí a él con miedo a clavarme más cristales, tosía por el humo y si a mi me molestaba no imaginaba a Grecia, mi hermano me sacó arrastras y en cuanto estuve en el suelo pude gritar de dolor por mi pierna, todo se acababa de joder, sentí como mi hermano trataba de hablarme pero mi mano se iba de dolor a la pierna.

—La ambulancia está en camino, respira tranquilo —mi hermano estaba de rodillas a mi lado y estaba pálido, pero mis sentidos fueron directos al ataque que le estaba dando a Grecia, moví mi cabeza al otro lado y pude ver como Gavi la tenía en sus brazos—

—Dile a Gavi que la incorpore, que coloque su pecho recto y haga el de tope —dije cogiendo con fuerza el brazo de mi hermano para que me escuchara atentamente—

—¡Incorpórala! —grito— ¡Eleva su pecho! —mire a Gavi quien actuaba nervioso y asentí en cuanto vi como la cogía y ponía encima suya para que respirase mejor—

—Me duele mucho Fer, todo se ha ido a la mierda.

—No, vas a estar bien Pedri.

—A lo mejor solo es el mal golpe —quise decir para asegurarme y volver a toser—

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora