Capitulo 2. Roba móviles.

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Grecia

La sensación de haber estado con Pedri duro en mi como si hubiese sido un sueño del que me hubiese despertado, yo me acordaría siempre de ese día sin embargo él no se si recordaría ni si quiera mi nombre como dijo.

Ahora me arrepiento de no haber aprovechado el estar con él para hacerle ciertas preguntas, pero claro con el lío que se formó bastante suerte tuve ya de que me defendiera y poder salir de ahí sin causar ningún problema o más bien que me lo causaran a mi.

El golpe que me di al ver la realidad fue bastante más duro, yo seguía la vida normal de una chica de diecisiete años y él la de una joven promesa del fútbol.

—¡Estoy muy nerviosa Grecia! ¿Como podéis estar tan tranquilas? —mi hermana Naila interrumpió mis pensamientos—

—Ya nos pondremos nerviosas cuando lleguemos allí Naila. —respondió Brenda—

Brenda, Naila y yo nos dirigíamos al Camp Nou, el partido que se daba hoy del Barça contra el Cádiz comenzaba a las nueve de la noche, de LaLiga. Habíamos venido unas cuantas veces ya, bueno dos o tres, pero en cuanto le conté a Naila lo que sucedió con Pedri y descubrió la camiseta firmada se puso a llorar de la ilusión así que decidí romper mi hucha de ahorros y comprar las entradas, todo por ver a mi hermana feliz y Brenda obviamente acepto a venir porque cualquier plan para ella era bueno.

—¡Pero si estamos llegando ya!

—Creo que me estás poniendo más nerviosa tú que el mismísimo Camp Nou que hay delante nuestra. —le respondí a Naila—

—Gracias por invitarme Grecia.

—Calla tonta, no hagas que me arrepienta.

—Oye no seas mala, si encima tú también vas a disfrutar, que estos planes hace unos meses no los podías hacer.

—¡Naila! —regaño Brenda a mi hermana sabiendo a lo que se refería, algo que no me debía recordar—

—Perdón.

—Tranquila.

La neumonía había afectado mi vida de la peor forma, lo que más se escuchaba de mí era la tos, era verdad, yo hablaba mucho pero si me quedaba dos minutos callada era más probable que me escucharas toser a hablar. Siendo claros estaba harta de los antibióticos y del reposo en casa; cuando me ingresaron en el hospital por primera vez me dijeron que podría tardar una semana y al final termine tres semanas hospitalizada con la maldita dificultad para respirar. La recuperación dependía de mi y de la medicación o si no la neumonía podía aparecer de nuevo, ahora mismo estaba bien, es decir, podía hacer vida normal pero seguía con síntomas, síntomas leves: dolor torácico, tos, dificultad para respirar y cansancio.

—Dentro deberíamos comprar agua. —dijo ahora Brenda—

—Seguro que dentro todo está más caro, pero todo sea por el bien de mi hermana mayor que si no se nos ahoga.

—Serás tonta. —dije yo riendo—

—¡No pienso perderme un partido si a ti te da un ataque de tos eh! —me señaló alertándome con el dedo—

—Tranquila que compraremos agua. —rodé los ojos—

—Menudo despliegue policial, cuanto control.

Brenda nombro eso nada más llegar a la cola que para nuestra mala suerte iba avanzando muy lentamente, se notaba el control que había y los aficionados estaban algo emocionados, así como Naila.

—Verás a Pedri.

—Uy si, de lejos —reí y el hecho de que Brenda lo nombrara hizo que una corriente recorriera mi cuerpo—

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora