Capítulo 5

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Fui directo a la dirección donde venía en la nota y fui hacia recepción para pedir información de mí auto, afortunadamente no se trataba de una broma ni nada por el estilo, habían reparado mi auto y no solo eso, me dijeron que los gastos ya estaban cubiertos y aunque no hicieron mención sobre el príncipe supe que se trataba de él por la nota que había dejado.

No tenía modo de agradecerle, pero lo hice en mi mente mientras conducía hacia casa, el taller mecánico estaba bastante retirado lo que me iba a tomar algo de tiempo, sin embargo, recordé que quería inscribirme como una voluntaria en la escuela que el príncipe me había llevado.

Traté de hacer memoria y recordar la dirección, no estaba muy lejos de ella así que conseguí llegar bien, apagué el motor del auto cuando me estacioné y salí de él para dirigirme a la entrada.

─Hola ─me saludó una mujer mayor detrás del mostrador─. ¿Puedo ayudarte en algo?

─Hola ─saludé de vuelta intentando ser amable─. He estado en su inauguración y me preguntaba si aún estaban solicitando voluntarios.

Me tambaleé sobre mis talones sintiéndome un poco nerviosa. A veces, pedir cosas no se me daba tan bien y me ponía los nervios de punta cada que lo intentaba.

─Claro, la verdad no hemos tenido muchos voluntarios aun así que sería genial si te nos unieras ─me dio una mirada algo esperanzadora. Le sonreí.

─Bueno, me encantaría, ¿tengo que llenar papeles o algo por el estilo?

Pregunté sintiéndome un poco aliviada al saber que todavía podían escogerme.

─Eh, sí, un par de datos. No te llevará mucho ─dijo alejándose del mostrador para buscar los papeles. Esperé paciente a que la chica volviera y cuando lo hizo, regresó con una mujer un poco mayor.

─Hola ─me saludó con amabilidad─. Soy Nori, gusto en conocerte.

Extendió su mano hacia mi con intención de que la estrechara, lo hice segundos más tarde.

─Alana.

Me presenté.

─Tessa dice que quieres ser voluntaria en la escuela, ¿es eso cierto?

Asentí.

─Sí, me gustaría ─volví asentir─. Estuve en la inauguración y bueno, me pareció un proyecto interesante y me gustaría participar.

La mujer me observó por unos segundos que se sintieron eternos y un poco incómodos, estaba como analizándome, sus ojos marrones me observaban cuidadosamente, su piel era de un color moreno, cabello oscuro y estaba un poco pasadita de peso, aun así, le sentaba bien.

─Dime, ¿a qué te dedicas actualmente?

Apreté los labios.

─Desafortunadamente, me he quedado sin trabajo ─confesé, cosa que aun me hacía sentir un poco mal.

─Lo lamento, cariño, ¿y qué hacías anteriormente?

─Trabajaba en una escuela ─confesé.

─¿Eras maestra?

─Podría decirse.

─¿Perdón?

─Estudié literatura y digamos que daba clases, pero en realidad estaba más como en un programa de lectura para niños y... ─me encogí de hombros─. No era la gran cosa que digamos, pero era algo.

Al menos era un trabajo honesto, pensé.

─Bien, este es un nuevo programa como ya sabes, esperamos recaudar un par de fondos más adelante para poder que algunos tengan un sueldo fijo si deciden quedarse apoyando ─comenzó a explicar─. Tenemos pocos estudiantes por el momento y muy pocos docentes o personas que realmente quieran enseñar, si lo tuyo son las letras, podrías quizás ayudarnos en el programa de escritura, enseñar a niños, jóvenes y adultos a escribir y leer.

Dulce CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora