Capítulo 18

2K 214 33
                                    

Todo mi cuerpo se tensó ante la voz de Reece.

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que hablé con él? Ya no lo podía recordar con exactitud. Mi corazón se aceleró y di una mirada rápida en dirección a Askel para confirmar que él estaba ocupado hablando por teléfono, aproveché la oportunidad y me fui de la recepción hacia el aula en la que estaba anteriormente para tomar la llamada.

─¿Hola...? ─Preguntó Reece al darse cuenta de que yo no había dicho ni una sola palabra desde que respondí la llamada─. Sé que estás allí, Alana. Puedes oírme.

Por supuesto que podía, pero de pronto tenía la garganta seca para responder a su pregunta. Tragando la saliva que se había acumulado en mi boca, hablé.

─¿Qué es lo que quieres?

─Vaya, aun sigues siendo directa ─dijo con un poco de burla en su voz, mi cuerpo se tensó. Sabía que una llamada de Reece no era una buena señal─. Solo quería hablar contigo, ver cómo estás.

Mentiroso, pensé, es un vil mentiroso.

─¿Solo eso?

─Mmm... ─murmuró─. Sí que hay algo más...

Lo sabía.

─¿Qué quieres?

Insistí porque no estaba dispuesta a hablar con él, no quería hacerlo.

─Necesito que me pagues lo que me debes.

Exigió con molestia.

Apreté los labios con fuerza y contuve la respiración por unos segundos antes de responder.

─Creí que la deuda había quedado saldada.

─Yo también creía eso, pero lo cierto es que tu padre me debía más de lo que crees.

Volví a pensar en lo mentiroso que era y en lo sucio que le gustaba jugar, Reece no era una persona de fiar, yo lo sabía, sin embargo, en algún punto había confiado en él.

Fui muy ingenua con eso.

─Hicimos un trato.

Mencioné.

─Eso fue hace tiempo.

─Dijiste que ya habíamos solucionado el problema.

─Sí, dije eso, pero cambié de parecer.

Tenía que ser una broma.

─No puedes hacer eso.

─Claro que puedo ─respondió seguro de sí mismo─. Estoy en mi derecho de hacerlo, ¿lo recuerdas?

Cerré los ojos con fuerza.

Hace unos años, papá solía apostar dinero en juegos, apostaba demasiado dinero todo el tiempo y aunque al principio no solía importarle mucho si aquello salía mal, papá había pagado sus deudas con Reece y se había ido de Dinamarca hacia años, era como si se hubiera borrado de la faz de la tierra después de haber estado en problemas.

Les debía dinero a personas muy importantes, el padre de Reece era una de esas personas, sin embargo, su padre falleció hacía dos años y él había heredado el titulo de su padre y se había asegurado de cobrar el dinero que mi padre le debía al suyo.

─No tengo dinero.

─Qué lástima ─dijo con ironía en su voz─. Apuesto a que tu hermana, ¿sí? ¿aún sigue trabajando para la familia real?

Mi cuerpo se tensó ante ello, yo me había asegurado de pagarle la deuda de mi padre a Reece, sin embargo, nunca habíamos hecho un trato, o firmado algo algún documento que asegurara que la deuda había quedado saldada, Reece se había agarrado de esa situación para que yo volviera a pagarle lo de mi padre y le había asegurado que no iba a hacerlo, los dos perdimos el contacto por un largo tiempo hasta el día de hoy.

Dulce CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora