Capítulo 46

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—¿Iremos al palacio? —Pregunté una vez que estuvimos dentro del auto y Askel comenzó a conducir.

—No lo sé —de verdad lucía inseguro con su respuesta.

—El rey lo pidió...

Aclaré, cosa que seguro recordaba bien.

—Lo sé —repitió en un tono bastante serio—. Pero creo que necesitamos ir a casa primero, el rey puede esperarnos. Tú y yo necesitamos hablar.

No respondí a eso, solo di un leve asentimiento de cabeza y durante todo el trayecto al igual que él, estuve en silencio intentando aclarar mis pensamientos.

Definitivamente las cosas se habían salido de control hoy y todo gracias a Reece, no podía esperar menos de él, sin embargo, nunca imaginé que nos veríamos envueltos en un drama como el de hoy en un palacio junto a muchos invitados, Reece nunca tenía consideración en nada, era demasiado egoísta como para ver el daño que podía causarle a otros, le importaba solamente su beneficio y hoy había dejado en claro que esa parte de él no había cambiado para nada.

Cuando llegamos al departamento estuvimos dentro de él, seguí a Askel hacia la cocina donde se sirvió Whisky en un vaso, dispuesto a beber, yo por otra parte negué cuando me ofreció un trago y decidí tomar agua, sabía que esta conversación ya no tendría escapatoria y nos llevaría bastante tiempo aclararlo todo.

Askel se sentó en uno de los taburetes y yo hice lo mismo al sentarme frente a él. Entre los dos hubo un enorme silencio por un tiempo y permanecimos así, sin mirarnos, el príncipe tenía una mano aferrada al vaso y su mirada perdida en este.

Fui yo la que se armó de valor para iniciar la conversación.

—Yo no tenía idea de que Reece estaría en la fiesta —hablé captando su atención por completo. Le sostuve la mirada—. Si lo hubiera sabido. No hubiera ido.

Era verdad, habría evitado ir y toparme con él. Pero las cosas no siempre pueden salir como deseamos.

—Reece sigue cobrándome el dinero de mi padre —confesé y por un segundo el entrecejo de Askel se frunció y después se alisó, esperándome terminar—. Sé que debe dinero a tipos que no son buenos, que andan en lo mismo que él y es bastante ambicioso al mismo tiempo para exigirme que siga pagándole esa deuda a pesar de que creí que la había saldado hace tiempo.

Hice una breve pausa tomando una respiración profunda, el pulso se me había acelerado conforme los minutos iban pasando y las palabras iban saliendo de mi boca poco a poco, no estaba segura qué tanto podía soportar Askel.

─Es un idiota ─admitió y le di la razón, sus ojos miraron directo a los míos, podía ver el enfado en ellos─. No deberías acercarte a él de nuevo, olvídate de la deuda.

─No es tan sencillo como tu crees ─apreté los dientes al decirlo y negué─. No lo conoces tan bien, Reece no es el tipo de persona que se aparta de tu vida fácilmente.

─¿Crees que no lo sé? ─Elevó unas cejas─. No eres la única persona que le ha debido algo, pero ese tipo no es un buen hombre Alana, se sigue aprovechando de ti cada oportunidad que tiene, si dinero es lo que quiere, te aseguro que saldaré tu deuda, te lo prometo.

Puse una mueca, las palabras de Askel sonaban sinceras, hablaba en serio, sin embargo, no supe qué decir al respecto, en su lugar, preferí seguir hablando, contarle la verdad.

─Yo jamás me había enamorado antes, pero creo que siempre existe una primera vez para ello, ¿no? Reece fue el primero en muchas cosas para mí, estaba perdida por él, confiaba en él como no tienes una idea y jamás imaginé que todo se trataba de una especie de plan de él para vengarse de mi familia o más bien de mi padre, no tenía la menor idea del dinero que mi papá le debía, mucho menos sabía que era el motivo por el que él me había buscado, creí que su interés era sincero, que realmente llegó a quererme ─tomé una bocanada de aire para poder calmar mi ansiedad, sentí que los sentimientos en mí se revolvían en mi interior invadiéndome la nostalgia y los ojos comenzaron a arderme un poco, no era sencillo contar la verdad─. Reece y yo...

Dulce CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora