Evitar a Askel era imposible considerando que vivíamos bajo el mismo techo, no había forma en que pudiera evitarlo y la parte de mí que lo sabía se ponía ansiosa.
Uno. Quería verlo y a la vez no, después de ese beso que nos dimos sería bueno volver a besarlo, pero eso solo complicaba las cosas para los dos, en especial para mí.
—Hola —le saludé cuando entré a la cocina por un vaso de agua.
—Hola —dijo alzando la mirada hacia mí. Anel llevaba puesto lentes para leer, dándole un toque demasiado formal y atractivo a su persona—. No te avise cuando llegue, lo siento.
—Descuida —murmuré encogiéndome de hombros para luego servirme agua─. No hace falta avisar.
─Quizás no. ─Respondió enseguida y un pequeñito silencio se formó en la habitación que pronto rompió aclarándose la garganta─. He ido al palacio y he hablado con mi madre.
Mi cuerpo se tensó y dejé de hacer lo que estaba haciendo para mirarlo.
─¿Pasó algo malo? ¿estamos en problemas?
Sentí la necesidad de preguntarle y él negó ligeramente.
─No exactamente, aunque no creo que te agrade saber que te involucra ─dijo y decidí tomar asiento en la silla que estaba frente a él.
─¿Qué ha dicho?
─Supongo que duda de nosotros ─se encogió de hombros y apreté los labios con fuerza. Tenía sentido, la reina jamás me había visto y de pronto aparecer en la vida del príncipe anunciando que los dos estábamos comprometidos era algo difícil de creer, ni siquiera yo me lo creería.
─Eso es...
─Malo ─se apresuró a decir él y nuestras miradas se encontraron─. Tenemos que ser más convincentes si eso es posible.
─¿Y cómo se supone que haremos eso?
Me parecía una tarea complicada, aunque si pensaba bien lo que había sucedido temprano, besarnos no era tan complicado y podría decir que quizás no era la única persona aquí que sentía un cosquilleo en su interior al hacerlo, sin embargo, me reservé para mi misma esos pensamientos e intenté deshacerlos de mi cabeza para no complicarme la existencia.
─Tengo algo en mente.
─¿Qué cosa?
Pregunté.
─Hay una fiesta mañana, un compromiso de uno de mis primos, el duque de Esbjerg y pensaba que podíamos asistir juntos, ya sabes, quizás dar un poco de espectáculo.
─¿Un poco de espectáculo? ─Pregunté frunciendo el ceño y él asintió─. Tendrás que explicarte mejor.
Me crucé de brazos y aguardé a que él hablara de nuevo.
─Quizás incluya un poco de coqueteo en público, algo que nos haga lucir como una bonita pareja.
Sugirió y me lo pensé unos instantes.
Podía hacerlo, no es como que fuera una primeriza en coquetear con algún hombre que consideraba atractivo, pero podía hacerlo si eso nos hacía más creíbles ante la familia real.
─¿Eso es todo?
─No, hay más.
─Habla ─me recargué en mi asiento y Askel suspiró.
─Konrad estará allí también, y Arlette y su prometido por lo que los dos tendremos que, ya sabes, lucir enamorados si eso es posible.
─Entiendo ─asentí con la cabeza, pero no me molesté en ocultarle mi mueca─. Solo que hay un inconveniente.
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Dulce Corona
RomanceCuando Alana conoce por primera vez al príncipe, ambos se encuentran en la peor circunstancia posible y ninguno parece agradarse, sin embargo, Askel necesita una prometida para que pueda cobrar la herencia que le ha dejado su abuelo y así deslindars...