Veinte minutos más tarde, Harry apareció en el departamento para llevarse a Konrad, quien había dejado a Askel más que enfadado. Cuando por fin estuvimos solos, tomé asiento frente al sofá donde Askel se había vuelto a sentar.
—¿Qué sucede? ¿De qué era lo que hablaba Konrad?
Sentí la necesidad de preguntarle, Askel alzó la mirada para encontrarse con la mía y después la desvió, lucia pensativo y molesto aún por lo que había pasado.
—Supongo que lo Justo es ser sincero, ¿no?
Asentí levemente.
─Te escucho ─dije acomodándome mejoren mi lugar─. ¿De qué hablaba Konrad? ¿por qué dijo que tenías problemas?
Askel soltó un suspiro exasperado y se pasó las manos por el cabello antes de hablar, podía notar que era difícil para el príncipe hacerlo, sin embargo, hizo su esfuerzo por hablar de la situación.
Esperaba que dijera la verdad sin importar qué.
─Tal vez Konrad tenga razón con algunas cosas ─escuché la pena en su voz mientras lo decía─. Es cierto, tengo problemas, sí.
─¿Qué clase de problemas?
Pregunté con el entrecejo fruncido.
Askel pareció dudar unos minutos si decirlo o no.
─Ya te lo he dicho antes, me gustan las apuestas, solían gustarme demasiado al punto de perder el control en ellas ─dijo para nada orgulloso de su confesión, lo escuché atenta─. Mi última apuesta quizás no salió tan bien como lo esperaba, perdí el control en ella y, bueno ─se encogió de hombros─. Me involucré con las personas equivocadas.
─¿Cómo que con las personas equivocadas?
Sentí cierta preocupación e intriga al mismo tiempo. Los ojos de Askel se encontraron con los míos, estaba realmente apenado mientras contaba las cosas, definitivamente no se sentía orgulloso de ello.
─Hace unos años, hice una apuesta, involucraba una gran cantidad de dinero y estaba seguro de que iba a ganarla, era demasiado bueno en ello en el póker así que no me importaba gastarme todo mi dinero en ello si sabía que iba a ganar, estaba joven y claro que no veía las consecuencias de ello, no me importaba nada más que ser el ganador, era demasiado competitivo. ─Comenzó a explicarme─. Konrad sabía de ello, a él le encanta gastar dinero y por supuesto, presumir de ello, después de todo, tiene lo suficiente como para hacerlo y todos quieren estar a su lado por quien es, ¿no? Yo lo encontraba ridículo al principio y quería alejarme de ello cuando me di cuenta del gran peligro que involucraba estar en apuestas, en especial cuando eres de la familia real, sabía que de algún modo manchábamos nuestra reputación, pero a mi hermano no le importaba eso. Konrad se involucró con las personas equivocadas, hombres que solo estaban interesados en nuestro dinero y perjudicarnos con él.
─¿Konrad está involucrado también?
Le pregunté cuando hizo una breve pausa y Askel puso una mueca al tiempo que negó.
─No, él ya no ─se apresuró a decir, aunque sentí que no estaba muy convencido de ello─. Konrad tiene muchos defectos y uno de esos es el alcohol, dejó las apuestas cuando los reyes se lo pidieron después de enterarse de las sumas de dinero que terminaba debiendo, nuestros padres ayudaron con ello, pero no todas esas deudas quedaron saldadas, entonces hicimos un trato.
─¿Un trato?
Enarqué las cejas y Askel asintió, encontré el asunto un poco raro, ¿cómo por qué harían un trato? Entendía que la situación fuera complicada si Konrad estaba involucrado en grandes cantidades de dinero, después de todo, sería nuestro futuro rey.
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Dulce Corona
RomanceCuando Alana conoce por primera vez al príncipe, ambos se encuentran en la peor circunstancia posible y ninguno parece agradarse, sin embargo, Askel necesita una prometida para que pueda cobrar la herencia que le ha dejado su abuelo y así deslindars...