Capítulo 9

2.4K 282 35
                                    

¿Cómo es posible que una persona pueda alterar tu mundo en tan solo unos segundos?

No podía dejar de hacerme esa pregunta cuando conducía de regreso a casa, me había puesto nerviosa ante la inesperada cercanía de Askel y solo podía pensar en lo mucho que me hubiese gustado volver a probar sus labios.

Realmente no esperaba encontrarlo allí, pero por mucho que me decía que no, una parte de mi se emocionaba al saber que lo había vuelto a ver.

Al día siguiente tal como le había dicho a Nori y Tessa, regrese a la escuela para ayudarles con otras cosas.

—Oye —Habló Tessa en mi dirección, pude ver que contenía una sonrisa—. ¿Qué hay entre tú y el príncipe?

—¿Qué? —solté de golpe dejando de apilar los papeles, estos casi se me cayeron.

—¡Tessa! —La regañó Nori.

—¿Qué? Solo he hecho una pregunta —intentó contener una risita. Nori o fulminó con la mirada.

—Descuida —terminé diciéndoles a ambas—. Entiendo que exista una pequeña curiosidad, los dos nos conocimos en un evento.

—¿Un evento? —Nori no pudo aguantar la curiosidad con esa pregunta.

Me mordí el labio inferior.

—Digamos que mi hermana trabaja para él y tuve que hacerle un pequeño favor que me involucró con el príncipe. Es todo, no diré más. —Les aseguré a ambas porque no quería entrar en demasiados detalles, cada que pensaba en ello la pena me envolvía. Además, hablar del príncipe me producía una extraña sensación.

—A mí me parece que el príncipe siente algo de... curiosidad por ti.

—¡Tessa! —Regañó Nori. No había signos de molestia en su voz y tampoco su rostro, es más, parecía que intentaba ocultar la sonrisa.

—¿Qué? Es mi humilde opinión.

Tessa alzó las manos al aire.

—Ya no más charla, hay que terminar el trabajo.

Las tres decidimos dejar la plática en el aire y continuar con nuestro trabajo, aunque no me molestaban las preguntas y comentarios de Tessa, agradecí que Nori cortara la conversación porque juraba que, si me hacían otra pregunta el de príncipe, iba a terminar sonrojándome.

—Alana —dijo Nori llamando mi atención.

—¿Sí?

—¿Te importaría ayudar a llevarte estas cajas al cuarto que usamos como bodega?

—Si, está bien.

Dije antes de ir por la caja que tenía en mano y llevármela. Hice tres vueltas aproximadamente y estaba por mí cuarta vuelta, Nori y Tessa se habón ocupado en otra aula que estaban organizando.

—¿Hola? ¿Hay alguien aquí? —Escuché una voz masculina decir en la entrada, el aula en la que me encontraba no estaba muy lejos del pasillo así que decidí ir a ver quién había llegado.

—¿Hola?

Me acerqué, Askel, quien estaba de espaldas se volteó en mi dirección. Hoy lucia una vestimenta distinta, llevaba puesto vaqueros, una camisa color azul y su cabello, aunque estaba peinado lucía un poquito alborotado. Era una versión bastante casual de él.

Hasta diría que normal.

—Hola.

Repitió al verme.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Pregunté, de nuevo, decidí hacer una pregunta en vez de una reverencia hacia él como era debido. Askel se acercó un poco más.

Dulce CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora