Capítulo 53

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Pasé las siguientes dos semanas intentando seguir con mi vida como si nada hubiese pasado, pero no era fácil, los medios me acosaron en cuanto tuvieron la oportunidad de hacerlo, Askel y yo ni siquiera nos habíamos molestado en llamarnos y yo tampoco me había molestado en ir a su departamento por algunas de mis cosas, no me importaba perderlas porque no quería verlo, no podía hacerlo. Estaba herida y aunque Wren me había dicho que le parecía que Askel últimamente parecía desquiciado, me era difícil creerle porque, ¿cómo puedes demostrarle cariño a alguien y sacarlo de la noche a la mañana de tu vida?

Después de mi trabajo, Nori me dijo que no hacia falta que me quedara más tiempo con ella y Tessa limpiando, agradecí que me dejara ir antes porque no estaba emocionalmente bien para quedarme un rato más, aunque era temprano, fui directo a casa, Wren no estaba porque me había dicho que estarían ocupados en el palacio dentro de la corte real ya que, al parecer, había un par de asuntos importantes qué tratar.

Me preparé la cena con la intención de encontrar una distracción y apaciguar de algún modo aquellos pensamientos que rondaban por mi cabeza, pero no podía oprimirlos fácilmente, quería llorar porque hacia mi mayor esfuerzo por ignorar mis sentimientos al máximo y poner una pared firme contra ellos donde me decía que todo iba a estar bien, que pronto podría superarlo, pero no era sencillo.

Escuché que tocaron la puerta principal y dejé de hacer lo que estaba haciendo para ir a atender, seguramente se trataba de Wren queriendo buscar algún documento importante, siempre se le olvidaba algo.

Ya estaba preparada para hacerle un comentario divertido al respecto, sin embargo, ninguna palabra salió de mi boca cuando vi a Konrad.

─Hola Alana, ¿crees que podrías invitarme a pasar?

─Konrad ─dije su nombre sin intención de ocultar mi asombro─. ¿Qué haces aquí? Pasa.

Me hice a un lado y él se adentró en el departamento, cerré la puerta detrás de él y aguardó allí parado a que yo le dijera algo, apreté los labios y le hice un gesto hacia nuestra sala pequeña, se encaminó hacia los sillones y yo hice lo mismo segundos después.

─Lamento que mi visita sea inesperada, créeme que me he pensado mucho si venir aquí o no.

─Estoy sorprendida si te soy honesta ─me vi hablando después de él y fruncí el ceño─. ¿Qué estás haciendo aquí?

Konrad no dijo nada por unos minutos, se quedó en silencio, parecía que se debatía a si mismo si hablar o no pero después de pensarlo mucho, soltó un suspiro pesado y habló.

─Necesitaba verte, yo sé que no soy la mejor persona y tal vez la menos indicada de venir hasta aquí, pero he cometido un error y estoy arrepentido de ello ─sus ojos azules se posaron en los míos, aunque su mirada era similar a la de su hermano menor, no transmitían las mismas emociones, la mirada de Askel siempre era más tierna, coqueta, mientras que la de Konrad me resultaba fría.

─¿Qué has hecho?

Preferí ser directa en vez de hacerme teorías en la cabeza, sí estaba en problemas, había venido a buscar a la persona incorrecta, me sorprendía que no lo hubiese pensado, era un hombre listo.

Suspiró de nuevo y esta ocasión bajo la mirada hacia sus manos, las cuales estaban juntas y se quedó mirándolas por unos segundos.

─Yo hablé con mi padre sobre ustedes, sobre la relación que Askel y tú mantenían ─soltó como si nada, como si no hubiese hecho algo malo y solo hubiese dicho algo que pasó por su cabeza. Me tomó unos minutos procesarlo y me sorprendí de lo que había dicho, Konrad no me dio tiempo de hacer preguntas, se apresuró a hablar─. Nunca he sido el mejor hermano para él, aún cuando todos consideran a Askel como la oveja negra de la familia yo siempre he sentido celos de él, de cómo lo hace, cómo sobrevive a toda la presión y como sale adelante de los problemas, creía que se iba a recuperar de este como si nada, pero me he dado cuenta de que esta vez me he equivocado.

Dulce CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora