Capítulo 20

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A la mañana siguiente, me desperté más temprano de lo esperado y sigilosamente me escabullí hacia el baño para tomar una ducha rápida, si quería evitar encontrarme con Askel, tenía que ser más rápida e irme de casa lo antes posible, ya se me ocurría que después de ducharme podría ir a desayunar a alguna cafetería cercana, sin embargo, los golpes en la puerta del baño me sobresaltaron.

─¿Te falta mucho? ─Escuché a Askel gritar desde afuera y saqué mi cabeza de entre las cortinas como si él fuera a verme, ¿era en serio? ¿no podía esperarse a que saliera?

─¡Estoy bañándome! ─grité como si eso no era obvio, seguro que ya había escuchado la regadera o seguía algo dormido.

─¡También necesito ducharme! ─gritó como si necesitara estar enterada de ello─. ¡Agradecería que no te demorarás tanto!

No dije nada, solo apreté los labios en una fina línea y seguí con mi ducha, no había pasado mucho tiempo desde que me había metido a ducharme, pero claro, Askel tenía que presionarme para que tomara una ducha más rápido de lo habitual.

Para cuando salí de la ducha, no había rastro de Askel en el pasillo, supuse que aún seguía en su habitación así que me apresuré a ir a mi habitación lo más rápido posible porque realmente no quería verlo, no después de lo de anoche y el maldito hecho de que no podía sacarlo de mi cabeza.

Quizás estaba siendo un poco obsesiva con ello al darle muchas vueltas al asunto, pero de algún modo, aunque quería dejar de hacerlo y sacarlo de mi cabeza, una partecita muy interna de mi cerebro se negaba a hacerlo y me torturaba con ello.

No pasó mucho tiempo cuando escuché que la puerta del baño fue cerrada, lo que me indicó que Askel había entrado a bañarse, aproveché mi tiempo para secarme el cabello, peinarlo y terminar de arreglarme un poquito antes de ir a la escuela para continuar con el trabajo, sin embargo, no fui lo suficientemente rápida en arreglarme o Askel se bañaba muy rápido porque no tardó mucho en salir de la ducha y para cuando fui a la cocina por un vaso de agua, él apareció minutos después.

─Buenos días ─saludó con el cabello alborotado y húmedo por la ducha. Lo observé de arriba abajo, no llevaba camisa, podía ver su torso desnudo, por suerte se había colocado los pantalones, pero ¿por qué aun no traía una camisa?

─Uh, buenos días ─titubeé un poco y me olvidé de terminar de beber mi vaso con agua.

─Yo quería decir...

Sus palabras se quedaron cortadas cuando el timbre de su casa se escuchó por todo el departamento y ambos compartimos una mirada de pánico.

─¿Esperas visitas? ─Es la primera pregunta que sale de mi boca y Askel arruga el ceño antes de negar cuando volvemos a escuchar que la persona que está afuera vuelve a tocar el timbre.

─No que yo recuerde.

─¿Qué recuerdes? ─Enarqué una ceja─. Haz memoria, ¿seguro que no esperabas a alguien?

Estaba comenzando a entrar en pánico porque estaba segura de que no era una buena idea estar en casa, ¿qué si era la reina quien venía? ¿o la duquesa o cualquier otra persona de la realeza?

¡Ay dios, era muy temprano para lidiar con ello!

Además, no me gustaban las visitas, en casa siempre las evadía. Lamentablemente, no era Wren, a ella le agradaba que tuviéramos a alguien visitándonos en casa mientras que a mí no.

Los dos nos quedamos inmóviles por unos minutos como si intentáramos sentir la presencia de la persona que estuviera afuera.

─Iré a ver quién es ─dijo dispuesto a caminar hacia la entrada.

Dulce CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora