Las cosas entre Askel y yo transcurrieron normales durante los siguientes días, pasábamos tiempo juntos, salíamos y nos limitábamos a conocernos mejor hasta el punto en que me sentía más cómoda a su lado, aunque Harry había estado llamando constantemente y viniendo al departamento porque Askel no había querido ir al palacio, he presentido que las cosas con el rey debían de seguir tensas, aunque Askel no quería revelar mucho al respecto.
Me encontraba en la escuela, estaba organizando mis cosas después de terminar las clases cuando recibí un mensaje del número de Reece, que hizo a mi corazón detenerse por un segundo.
Reece: Necesito verte, Lanie ¿seguirás ignorándome?
Desde la vez en que le confesé la verdad de Reece y yo a Askel, no había vuelto a ha hablar con él, ni siquiera él me había escrito que creo que en algún momento me había olvidado de él y me había centrado demasiado en mi relación con Askel que Reece me parecía indiferente, sin embargo, ver su mensaje no me provocó una buena sensación en mí.
Decidí no contestarle, me parecía lo más correcto, además, le había dicho a Askel que no lo haría.
Reece: Sé muy bien que lees mis mensajes, además, te recuerdo que sé dónde encontrarte...
Por supuesto, él no iba a quedarse con los brazos cruzados y no recibir una respuesta de mi parte.
Alana: ¿Qué es lo que quieres?
Reece: Vaya, hasta que respondes.
Alana: No tenemos nada de qué hablar. Mucho menos por qué vernos.
Reece: Si que lo tenemos.
Alana: Lo siento, pero no quiero que vuelvas a buscarme. Sabes que no hay nada entre nosotros. Ya deberías de olvidarte de mí Reece.
Reece: Sabes que no podría olvidarme de ti, aunque quisiera, Lanie...
Su último mensaje me provocó una sensación de disgusto y resentimiento. Si Askel jamás hubiera entrado en mi vida y yo de algún modo no me hubiese enamorado de él, el mensaje de Reece me habría importado demasiado, pero ahora eran solo palabras vacías que ya no tenían valor, así que decidí hacer lo que hace mucho debía hacer, bloquear su número de contacto.
****
No volví a casa rápido, pero cuando lo hice, Askel estaba en el comedor trabajando en un par de papeles, se le veía agobiado y me pareció que molesto.
─Hola ─le saludé acercándome a él, lo abrecé por la espalda y coloqué un beso en su mejilla, Askel suspiró y le tomó un tiempo saludarme.
─Hola.
Tomó mis manos, las cuales rodeaban su cuello y se zafó de mi agarré cuando apartó la silla de la mesa para levantarse y atraerme hacia él, plantó un corto beso en mis labios, pero fue suficiente como para sacarme una sonrisa.
─¿Cómo ha ido tu día? ─Le pregunté con interés y él apretó los labios.
─Agobiante, ¿qué tal tu trabajo?
─Agotador ─ladeé la cabeza con mi respuesta─. Pero me alegro de estar en casa ahora.
Le rodeé el cuello con ambas manos, atrayéndolo de nuevo a mí, Askel no dudó en besarme de nuevo, esta vez fue un beso más largo.
─¿Está todo bien? ─Decidí preguntarle cuando se apartó buscando su espacio.
─Sí, es solo cosas del trabajo, estoy intentando resolver unos asuntos ─dijo, pero sentí algo más estaba sucediendo, algo lo tenía en una actitud extraña.
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Dulce Corona
RomanceCuando Alana conoce por primera vez al príncipe, ambos se encuentran en la peor circunstancia posible y ninguno parece agradarse, sin embargo, Askel necesita una prometida para que pueda cobrar la herencia que le ha dejado su abuelo y así deslindars...