A pesar de que las cosas seguían tensas entre nosotros, Askel y yo volvimos a pasar tiempo juntos, sin embargo, pasaba más tiempo en el palacio y en la corte real, donde las cosas parecían complicarse bastante. Konrad por otro lado, había mantenido un perfil bajo después de que Askel y él dejaran las cosas claras sobre Reece, él le había dicho a su hermano mayor que no iba a volver a sacarlo de un lío como en el que había estado metido ya que debía de cuidar su reputación también.
Pero entre Askel y yo las cosas se seguían sintiendo diferentes, hablábamos poco y él evadía ciertos temas, intentaba desestresarse con el sexo cuando llegaba a casa y yo estaba comenzando a agobiarme de ello, de sentir que solo estaba buscando una excusa para no hablar.
El viernes por la tarde, Askel se había ido a Suecia con el primer ministro del país por una reunión importante, yo sabía que no iba a volver dentro de un par de días más, aunque había dicho que podía ser que llegara al día siguiente.
Estaba preparando la cena cuando alguien llamó a la puerta, fui rápidamente a atenderla y me llevé una enorme sorpresa cuando vi al rey detrás de ella.
─Majestad ─hice una reverencia inmediatamente─. Disculpe, majestad, pero el príncipe no está aquí.
─Lo sé, es por eso que he venido a verla, señorita Van Doren.
La sonrisa que el rey me ofreció me desagradó.
─Uh, yo, uh... ─comencé a balbucear, no sabía qué decirle. No esperaba que estuviera aquí por mí. Estaba sorprendida.
—¿Por qué no me invitas a pasar así podemos hablar mejor?
En mi cabeza, sonaba como una pésima idea me hubiese gustado decirle que no, que no podía recibirlo. Pero era el rey, tenía cierta vibra intimidante y cerrarle la puerta en sus narices no era correcto.
Tomé una bocanada de aire que solté segundos después g me hice a un lado para invitarlo a pasar.
—¿Le ofrezco algo? —Pregunté cuando los dos estuvimos sentados en los sillones. Negó.
—No será necesario, mi visita será breve.
Deseaba que así lo fuera pero no le dije nada, solo di un leve asentimiento de cabeza.
—¿De qué es lo que desea hablar majestad?
Me atreví a preguntarle directamente, era mejor ir al grano que darle vueltas al asunto, el rey sonrió, alegre de que fuera directa con él.
—Estoy aquí para hablar sobre mi hijo y su relación —explicó y mi cuerpo de puso tenso. Hice mis esfuerzos por mostrarme serena.
—¿Qué sucede entre nosotros?
Me hice la inocente al fruncir el ceño, el rey apretó los labios con fuerza antes de contestarme.
—Oh tú sabes que sucede entre ambos mejor que nadie, señorita Van Doren —por alguna razón, estaba comenzando a disgustarme la forma en que decía mi apellido, había desprecio en su voz—. Si conoces a Askel también como yo, sabes que es bastante difícil de creer que esté comprometido, en especial con alguien como tú.
—¿Alguien como yo? —Elevé una ceja, sentía que tenía toda la intención de ofenderme.
—Ya sabes, alguien diferente, que suele romper las reglas. No es que mi hijo no sea un rebelde pero digamos que las chicas con las que ha salido, siempre han sido más... sumisas. Obedientes.
Concluyó. No me gustó para nada lo que estaba diciendo, no veía venir ese comentario así que me tomó tiempo responder.
—No lo entiendo —negué al mirarlo—. ¿Hay algún problema con eso? Porque el príncipe y yo estamos felices con nuestra relación, además, nuestro compromiso...
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Dulce Corona
DragosteCuando Alana conoce por primera vez al príncipe, ambos se encuentran en la peor circunstancia posible y ninguno parece agradarse, sin embargo, Askel necesita una prometida para que pueda cobrar la herencia que le ha dejado su abuelo y así deslindars...