Capítulo 23

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Estaba considerando no salir de la habitación por el resto del día, sin embargo, no había comido nada y mi estomago estaba comenzando a rugir, consideré en que quizás podía aguantar hasta el día siguiente porque no había forma en que saliera de la habitación y tuviera que encontrarme con Askel de nuevo.

Pero me sorprendí cuando él llamó a la puerta de mi habitación una hora más tarde, como si nada hubiese pasado para decirme que había encargado pizza y podía ir a cenar con él, consideré en decirle que no tenía hambre porque no estaba lista para mirarlo a la cara, pero el hambre ganaba más que mis ganas de ocultarme en aquella habitación por el resto de la noche.

No estaba segura de si él todavía sentía la pequeña tensión que estaba acumulada entre nosotros, pero sí Askel iba a hacer caso omiso de ella y pretender que nada había pasado, yo también podía poner de mi parte y hacer lo mismo. Sí quería sobrevivir a la situación, tenía que hacerlo.

─¿Quieres refresco? ─Me preguntó después de servirme un trozo de pizza, di un pequeño asentimiento y el me extendió el vaso después de llenarlo.

─Gracias ─respondí y él solo asintió luego de tomar asiento y tomar un pedazo de pizza para él. Al principio, comenzamos a comer en silencio, pero sentía que aún estaba la tensión a nuestro alrededor, cosa que no me gustaba por lo que decidí que podía iniciar una conversación que matara todas las tensiones.

Bueno, algunas pocas tensiones.

─¿Hablaste con tu hermano?

Sí, no era la mejor pregunta y quizás debí reservármela, pero cualquier cosa parecía mejor que tener que lidiar con la tensión a nuestro alrededor.

─Sí, lo vi en el palacio ─respondió a pesar de que pude notar que mi pregunta no era de su agrado─. Por cierto, Wren te manda saludos.

Dijo como si lo hubiese olvidado, seguro que sí lo había olvidado decirme temprano. La mención de mi hermana me hace sentir un poquito mal, debería hablarle y ponerla al tanto de la situación.

Tal vez no llevaba muchos días viviendo con Askel, pero sí que extrañaba a mi hermana, en casa, las cosas parecían más pacificas que aquí.

─Vaya, gracias por decírmelo ─dije antes de darle un mordisco a mi pizza, volvimos a comer en silencio por unos minutos hasta que él habló.

─Entonces, ¿me dirás que estabas buscando sobre mí en internet?

Ya podía ver que no me iba a librar de ese tema tan fácil, la sonrisa de Askel me lo confirmó.

─No dejarás el tema pasar tan fácil, ¿verdad?

Pregunté y él negó de inmediato.

─No hasta tener una respuesta.

Aseguró y yo rodé los ojos.

─Apareciste por error.

Mentí y eso solo hizo que él rodara los ojos.

─¿Esperas que me trague ese cuento? ─Elevó una ceja en mi dirección─. Tendrás que mentir mejor, cariño.

Y allí estábamos con los apodos de nuevo, no sabía si esos apodos que de pronto daba de una manera tan espontánea capaz de alborotar una parte de mí.

Me miró desafiante, sabía que yo no tenía escapatoria, me había atrapado buscándolo en internet.

─No quiero responder a eso.

─Pues yo si quiero que respondas.

Dijo y le sostuve la mirada por un largo tiempo. Era una pésima idea, realmente lo era.

Dulce CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora