Hablando con la luna

Capítulo 36

Paige

Hace cinco días que no sé nada sobre Pressley.

Desde que la conocí, jamás había pasado tanto tiempo sin saber absolutamente nada de ella. Era costumbre verla en la escuela cada día. Era lo normal salir juntas y divertirnos con tonterías. Es algo fundamental en mi vida ser amiga suya.

Algo me dice que fallé. Fallé porque la dejé sola y permití que se la llevaran. Muchos dicen que no desapareció, que ella solo se fue. Que se cansó de esta ciudad y terminó marchándose.

Pero no es así. La conozco, sé que no lo haría.

Nuestra voz no es escuchada. Los señores Wylie se niegan a poner una denuncia por la desaparición de su hija. Ellos fueron los primeros que hablaron acerca de cómo se fue. Aseguraron que Pressley se cansó de vivir aquí. Y para demostrar que no les importó ni un poco aquel hecho, decidieron hacer un viaje para celebrar el fin de año. Ahora se han ido, y nos dejaron solos en esto.

No tenía pensado tener el gran apoyo de su parte, pero su reacción me hace detestarlos más de lo que ya lo hacía. No puedo creer que no se preocupen ni un poco por Pressley.

Maggie no quería irse. Fue la única de la familia que demostró preocupación de verdad. Le angustió que su hermana no llegara a casa esa noche, ni la otra, ni la noche que le siguió a esa. Trató de convencer a sus padres de que hicieran algo, y por primera vez, ellos la ignoraron. Así que, sin tener más opción, terminó yéndose y pidiéndome que le avisara cualquier cosa que pasara. Prácticamente me suplicó y yo no pude decirle que no.

Los policías no se toman el caso en serio porque los representantes legales no los han alertado. Lo ven como una escapada de adolescente. Como un impulso de rebeldía. Juran que Pressley volverá cuando se le agote el dinero y no tenga más opción.

Una persona no me había repugnado tanto en mi vida. Me siento inútil porque no sé qué hacer para ayudarla.

Hoy es el último día del año, y no podría importarme menos. Mamá está preocupada por mi mejor amiga; eso me alivia porque significa que también cree que Pressley no se iría así.

No he dormido bien. En realidad, nada me ha salido bien estos días. Mi ánimo se ha ido por la cañería. La incertidumbre me ha quitado la fuerza para sonreír.

Dave está preocupado, pero lo entiende. Zack también le preocupa mucho. Él lo entiende... pero no del todo. Él no conoce la historia completa. No sabe lo del desconocido, sobre las fotografías, los mensajes, las figurillas... No conoce nada de eso. Y a los policías de esta ciudad no podría importarles menos aquello.

Quiero gritar. Gritar tan fuerte hasta que se me desgarre la garganta para calmar el dolor de que mi mejor amiga en todo el mundo, no está. Ni siquiera sé si la voy a volver a ver y eso solo me entristece más.

Mis ojos se inundan de lágrimas con rapidez. Mamá no pronuncia palabra alguna al verme. No me reclama ni riñe nada. Solo se pone de pie y se acerca para envolverme en sus brazos. Sollozo aferrándome a ella.

Y entonces, grito. Grito con tanta fuerza que mi corazón duele. Los fuegos artificiales acallan mi dolor al anunciar el Año Nuevo. Mamá me apretuja contra su cuerpo; no se inmuta al escucharme. Solo sigue ahí, sosteniéndome.

No dice nada, solo se queda ahí, compartiendo el mismo sentimiento.