Capítulo 51

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Paige

Dave me guiña un ojo antes de entrar a clase, logrando que un alivio inmenso me recorra por dentro. Zack y yo compartimos una mirada cuando él entra casi detrás del castaño. Puedo ver que asiente casi imperceptiblemente con la cabeza.

La profesora Kall entra al aula luciendo la misma sonrisa de siempre. Se ve un poco ajetreada, y aquello solo confirma mi teoría. Mi estómago se revuelve, pero consigo erguirme en mi lugar para no dar mal aspecto.

Pronto la clase empieza, y ella —como teníamos previsto—, empieza a hablar sobre un proyecto en parejas. Al finalizar la explicación, abre su cuaderno. Se aclara la garganta antes de anunciar a las parejas de los equipos.

Es el momento por el que he estado esperando. Mi corazón da un brinco.

—Patrick y Sarah serán pareja de proyecto —emite, logrando que entre en tensión. Vuelve su vista al cuaderno—. Isa y Robert, Zack y Dave, Fabiana y Chase, Paige y Derek...

Dejo de escuchar en cuanto mi nombre sale de sus labios. Intento no demostrar mi emoción por lo bien que ha salido el plan de intervenir a la profesora para cambiar los grupos, y, fácilmente, lo consigo. Lo cual es bueno porque eso de actuar se me da fatal.

Al buscarlo con la mirada, Derek trae la misma expresión de siempre. Tiene el rostro relajado, y juega vagamente con su borrador al filo del pupitre. Parece que ni siquiera ha escuchado.

Oh, pues yo voy a hacer que escuche.

Cuando el timbre suena, me acerco sin titubear a donde está. Cuando llego, levanta un poco la vista sin ninguna pizca de emoción. Luego vuelve a centrarse en los garabatos de su libreta.

Con Pressley parecía más simpático.

Sin embargo, mi sonrisa no decae. Apoyo las manos en sus hombros, ignorando la extraña sensación que me recorre al recordar su conversación con el profesor aquella noche.

Vamos, no dejes que eso venga a tu mente ahora. Se supone que eres una actriz de primera.

Cierto, cierto.

—¿Tienes alguna idea sobre el proyecto? —pregunto, con voz suave.

Él arruga el ceño antes de clavar su oscura mirada en mí de nuevo.

—¿Hay un proyecto?

Suspiro.

Esto será más difícil de lo que creí.

Pressley lo hace ver tan sencillo, ¿cómo lo hará? Quizás sea una hada madrina y yo no esté enterada.

—Lo anunciaron hace veinte segundos —recalco.

Derek chasquea la lengua, encogiéndose de hombros. No le toma mucha importancia.

—Pues no escuché.

Resoplo, poniéndome delante de él.

—Ok, señor amargado, hoy nos reuniremos en tu casa para empezar el proyecto. —Lo amenazo con un dedo muy cerca de su rostro—. Y no te atrevas a cancelar, puedo ser muy insistente cuando me lo propongo.

Él me pone mala cara al instante. Rueda los ojos.

—Pressley me agrada más que tú —es lo que dice.

—¡A las tres en tu casa! —murmuro, ignorando aquello. Doy media vuelta y recojo todos mis útiles antes de salir del salón. Dave y Zack, como grandes actores que son, se quitan de la puerta en cuanto la cruzo. Hago una mueca—. ¿Qué parte de no llamar la atención no entienden?

Hablando con la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora