Bienvenido a Karmaland

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Quackity abrió sus ojos por un murmullo que escucho cerca de su alrededor. Se levantó del suelo, tenía una especie de manta la cual retiró con confunción, miró de dónde provenía el sonido, por supuesto que eraGhostbur, el fantasma estaba tapandose su boca mientras reía despacio. ¿Por que se esta riendo?

—Te hice un regalo mientras dormías— la sonrisa del no dejaba el rostro del fantasma.

— Oh ¿Tu hiciste el esto? — preguntó el pelinegro mientras señalaba el manto de hojas. — Debo decir que es bastante ingenioso pero te debió costarte una eternidad hacerlo — se río para sí mismo para luego mirarlo a la cara traslúcida.— Gracias Ghostbur—

El fantasma mantenia su sonrisa pero negó con su cabeza para extender su mano que sostenía una corona de flores.

Quackity interesado agarró la corona de flores hechas por el fantasma. Florecillas azules.

—Ese es el regalo— dijo Ghostbur mientras ayudaba a Quackity ponerse la corona en su cabeza.— Mamá siempre me hacía una, cuando estaba con nosotros; solia darme una cuando me sentía mal, pero le agregué un toque mas personal con el azul —

— Ghostbur, esto es muy lindo de tu parte— dijo el Pelinegro. Los gestos tan dedicados del fantasma hacia que Quackity se sintiera tan querido cuando estaba tan solo por dentro.

Desde ese día Quackity no se quitó la corona de flores.

Los días pasaban rápido gracias a Ghostbur. Cada día era algo nuevo que sorprendía a Quackity; pequeños gestos o regalos que proporcionaba el espíritu que lo hacían alegrarse. El fantasma lo entretenía.

Un dia Quackity pensó que era buena idea saltar un arroyo para acortar el camino. Ghostbur no estaba tan seguro, parecia ser algo peligroso  y bueno a consecuencia estaban sentados frente del poco sol, esperando que Quackity estuviera seco. Ghostbur trataba de sacarlo con su suéter, lo cual no ayudaba pero la intensión contaba.

— Al menos fue divertido — dijo el fantasma tratando de hacer reir mejor al pelinegro quien tiritaba de frío.

Quackity no respondía, demasiado avergonzado por el desastroso salto que había dado.

— Oh vamos amigo, no fue tan malo— dijo mientras reía el chico azul.

— ¡Ese salto!— se quejó tapandose la cara con las manos— Ese salto fue mediocre —

— Al menos tenemos sol— dijo el fantasma con optimismo.

Quackity le dedico una mirada de no estar muy convencido, hasta que estuvo un ¡Clack! Ambos miraron hacia el sonido, era un zombie. Estaría asustado si antes no se hubiera enfrentado a un horda, esto a comparación no era nada.

— Detrás de mi Ghostbur— dijo serio. No podía evitar mantener protegía al fantasma aunque prácticamente no podía morir, era algo ansioso y miedoso.— Es solo un infectado nada que temer— pronunció con tranquilidad mientras manejaba el arma.

Ghostbur se puso detrás de Quackity, aparto la mirada cuando el pelinegro le dió el hachazo a la criatura. No le gustaba la violencia, aún cuando se tratará de caníbales.

— El apocalípsis cambio nuestro mundo— comentó Ghostbur con tristeza.

— ¿A que te refieres?— preguntó Quackity mientras revisaba los bolsillos del cadáver.

— Las cosas no están siguiendo su curso normal, como mi separación con Wilbur físicamente y bueno lo de "Revivir"— apuntó al infectado. Era cierto antes no era para nada normal revivir, aún así estos infectado de alguna manera lo hacían.— El caso es, que su normalidad ha cambiando, Quackity tu antes no tenías que matar para sentirte a salvo sin embargo ahora lo haces como si fuera algo completamente normal — comentó el fantasma.

Oh No, Él Es Un Zombie |QuackburDonde viven las historias. Descúbrelo ahora