Oh No, Él Es Un Zombie |Quackbur

Intruso

Wilbur camino lentamente hacia el altar. Los invitados estaban muy confundidos "Como carajos entró" susurraban. El castaño dejó de caminar cuando estaba de frente a Quackity quien aún no creía lo que estaba viendo.

No sabe cuanto tiempo ha transcurrido desde que fue la última vez que lo vió, pero el pelinegro aún seguía viéndose tan bonito, tan delicado y asustado como cuando lloraba por su muerte.

Por otro lado Quackity al momento que notó que Wilbur se acercó a él, con un agil movimiento se quitó el velo que tenía en su cabeza y lo dejó caer por ahí. Lo que llamó la atención de Luzu; tenía una cara confusa ante la acción.

— ¿Wil? ¿Wilb¡Oh mi Dios! Estas— Quackity estaba tan sorprendido que no pudo terminar ninguna de sus frases. Estaba a punto de considerar que si realmente había tomado algo extraño como para alucinar o si se estaba volviendo loco.

El castaño de mechón blanco le dedico una sonrisa coqueta al escuchar su nombre provenir de sus labios. Amaba que le prestara atención, siempre lo hizo. Desde la primera vez que se encontraron en L'manberg, Big Q no apartaba su vista de el, cuando se encontraron en aquella tienda de ropa esos mismo ojos que lo vigilaban, Cuando se alejaba del pelinegro y sentía que le perseguían esos oscuros, esa vez que fue al techo del hospital y Quackity lo encontró, desde que se acostaron en esa cabaña y se miraron fijamente, oh Wilbur tenía una lista bastante larga.

— Pensaste que te librarías de mi tan fácilmente honey— Wilbur aún mantenia su sonrisa de suficiencia ante el público. Tomó levemente de la mano del pelinegro para luego entrelazarla con la suya con el fin volver a encontrarse con esos ojos.

Un momento intimo para el momento equivocado, una mano entrometida se interpuso entre Quackity y Wilbur arruinando su momento.

— ¿Que crees que haces?— dijo Luzu molesto mientras apartaba la mano del castaño.— Aléjate de mi esposo— amenazó al intruso.

Wilbur se mantuvo quieto ante la amenaza del pelicastaño. Observó al hombre, castaño y de ojos rojos. "Normal que Quackity se fijará en el si era su copia." Pensó Wilbur.

— ¿Esposo? — se formo una sonrisa incrédula.— No pensé que rebajaras tanto tus estándares— se dirigió hacia el pelinegro.—¿Big Q te ibas a casar con este tipo?— Wilbur miro de reojo al pelinegro. Su objetivo ahora mismo era provocar al sujeto que estaba al lado del pelinegro.

Luzu trataba de mantener la mente fría, pero era casi imposible. Llevaba consigo mismo frustración desde que era alcalde; incluso antes de serlo, el papelo, los problemas del refugio, el aplazo de la boda, Rubius y ahora este tipo que aparecio de la nada. Optó por cerrar los ojos un momento y mirar a su prometido.

—Quackity, cariño respondeme,no tengas miedo — dijo Wilbur sin mostrar una pizca de interés de lo que pasaba a su alredor.

Quackity estaba a punto de hablar a pesar de su gran lío mental, dispuesto a responder pero el alcalde lo impidió al hablar el primero.

— Mira, no se que tipo de relación tengas con mi prometido, pero acabas de interrumpir nuestra boda. No se quién carajos eres, no se como putas llegaste aquí y te pido por favor que te vayas— pronunció, la ira reprimida se notaba en sus palabras.

Pero para el castaño, una amenza era una simple palabra. Las intimidaciones de los humanos era simples oraciones, tal vez le hubiera importado o tomado algo de valor si no hubiera experimentado la misma muerte antes. Wilbur dió distancia entre el castaño y él.

— Y deberia hacerte caso ¿Por que . . . ?— respondió el intruso alargando su última palabra con nula consideración. Le molestaba la voz, Odiaba la voz autoritaria que ponía el hombre de traje.