Yo soy frágil (Final)

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Tal vez Quackity estaba cansado de pelear, de siempre estar en contra de la gente y guardarse sus inseguridades al estar solo en completa oscuridad. Tal vez, por alguna vez en su vida deba dejar que las cosas sigan su rumbo, sin intervención suya.

—Estas demente—

—Se nota que no te preocupas por la vida de Tallulah—

—Tallulah debería crecer en un lugar sano y a salvo —

— Quackity deberías pensar mejor tus elecciones —

Tal vez Wilbur de alguna manera lo hacía sentirse como un loco, tal vez lo más sano para todos es alejarse de un canibal.

Alejarse de un zombie.

Big Q tenía que ser razonable. Wilbur estaba haciendo una carga contra su objectivos. Quackity se dejó llevar por sus emociones y lo sabía.

Pero al apretar su puño sintió aquella cuerda de metal.

Oh

El intenso cariño en aquella cuerda de guitarra del castaño hacia que se detuviera el constante pensamiento negativo hacia Wilbur. Aquel anillo falso; fingiendo que se casaron en el lecho de su muerte del castaño gracias a la infección. No era real, por que la boda no lo fue pero para ellos lo era; por que al abrazarlo podía escuchar latir su corazón, los zombies no laten pero el Wilbur si.

Estamos en un apocalípsis zombie, esta jodido todo ¿Aún queda moral en la humanidad? Todo se fue a la mierda.
¿Que importa si se enamora del infectado?

¿Que importa si Wilbur decide matarlo?

¿Qué importa que ame a Wilbur?

Esperaría a Wilbur, y se irían juntos. De todas formar el destino siempre los une aúnque no lo quisieran. Seria ideal que Tallulah se uniera, pero no la obligaría, no. Ella merece lo que ella decida y lo que ella le parezca correcto.


Talullah, movía sus manos inquitamente mientras escuchaba a los mayores decidir por ella. Los murmullos de la gente solo hacían que la niña se sintiera culpable, ansiosa e incómoda. Chayanne estaba a su lado, quién comía una papa mientras observaba como insultaban las decisiones de Quackity; odiaba a Quackity pero no lo suficiente como para no generar empatia por el pelinegro. Miró a la dirección de Lullah, notó su nerviosismo, agarró su mano para calmar a Llulah y mostrar que estaba ahí para ella, sirvió unos cuantos segundos, por que Tallulah al rato lo soltó.

Chayanne había visto esa cara antes, la desesperación y la culpa, antes que pudiera hacer algo o decir algo Tallulah se fue corriendo. Escapando de todo ruido; a ella nunca le había gustado el ruido fuerte. Chayanne trató de detenerla, pero se resbaló en el hielo, por suerte no logró caerse pero había perdido de vista a la castaña.


Nunca pensó que podía correr tan rápido, tal vez fue por el desliz del hielo blanco. Sus ojos estaban empapados al no poder soportar sus propias emociones, sus rodillas raspadas por las frecuentes caídas en el hielo por culpa de no estar pendiente por dónde pisa, con la respiración agitada por el constante esfuerzo de escapar. Dejó de llorar cuando se cayó nuevamente y sus rodillas tocaron el hielo.

Trató de pensar en las cosas que su padre había hecho por ella. Philza había dicho que no había nada de malo y que Wilbur sería incapaz de lastimarla, entonces ¿Por que siempre que piensa en su figura paterna su corazón duele? ¿Por que sentía que había una divisor entre su padre y ella?

Recuerda la vez que fueron a buscar flores, las canciones que cantaban juntos, las miradas cómplices al mentirle a Quackity sobre quién tomó su ración, en el suéter idéntico de su padre que ahora mismo estaba, debajo de todos los abrigos, la felicidad de verlo llegar a casa después de meses, los buenos ratos de conversación en familia. . .

Oh No, Él Es Un Zombie |QuackburDonde viven las historias. Descúbrelo ahora