Manejo de gobierno

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Habían pasado tres días desde que Quackity y Wilbur se separaron. Así que para no estar perdiendo tiempo suspirando por el zombie, enfocó su tiempo en el manejo de Karmaland en torno a Luzu.

El de bennie azul marino notó que la forma de gobernar no era eficiente cosa que le disgustaba, al igual que las muestras de amor del alcalde y nisiquiera trataba de simular, para que fingir si proponía ideas y el castaño las negaba, o viceversa no estaban llegando a un punto en común. Ahí estaban de nuevo en la oficina sentados cada uno en frente del otro.

— Los secuaces deberían estar afuera del área segura, no en nuestra gente— habló Quackity molesto, esta era unas de las cosas que más discutía con el castaño. Para tener un lugar en buenas condiciones debe tener a su gente feliz para que confíen en él.

— ¿Y si hay un espía? ¿Un infiltrado? Que quiere acabar con Karmaland, Quackity— contestó Luzu, mientras miraba a su prometido con ansiedad.

— Estas volviendote paranoico— acusó con aburrimiento, girando sus ojos e ignorando el temor de su "prometido". Haber recordado sus memorias y estar en un cargo electoral compartido no lo ayudaban, en cualquier momento o el castaño colapsa o el colapsará. Sabe muy bien que nada termina bien cuando dos personas comparten el poder.— Saca tus guardias y dales privacidad a la gente. Quita las putas armas, lo único que atraerán serán los caníbales. Te reconozco es inteligente lo de los muros pero actuar como un paranoico cuando no hay amenza es extremista— se apoyo en el respaldo.

Las armas, eran útiles cuando tenían al menos silenciador o se usaban como un distractor. Schlatt llevaba una en su bolsillo al igual que Luzu. No odiaba al de los ojos rojos, solo que hay algunas cosas que suele hacer que lo devuelven al pasado con Schlatt.Las murallas odia, claro. Pero si garantiza la seguridad a Karmaland, no puede negarlo.

Luzu notó que el pelinegro se comportaba distinto, tan firme en sus palabras, a veces sentía que él era él que mandaba. Pero su voz sonaba tan irritante después de horas de discusión.

— Quackity, ¿Qué sabes tú? Solo fuiste un chico en busca de un lugar seguro y tranquilo, un lugar para refugiarte del peligro— respondió ante la demanda del pelinegro.— No sabes como funciona todo esto — desvío la mirada.

— Claro que se como funcionan las cosas, Luzu— Big Q miró a Luzu, eso lo tomó personal. Él no tiene ni idea de lo que tuvo que pasar pero no debía enfadarse hasta que su plan este perfecto.—Tengo la suficiente experiencia para tu información — Apoyo sus manos en la mesa con irritación. Amenazando con dejar esta estúpida discusión y marcharse.

—Sabes, los últimos tres días desde que llegaste nos las pasamos peleando, más de lo normal. ¿Hay algo que te hizo molestar? No entiendo, ¿Por que no estamos en el mismo lado?— Aun no terminaba de hablar pero escuchó una campana. Lo cual hizo que se quedara silencio.

— ¿Que es?— dijo Quackity, Karmaland no tenía campanas y la reacción de Luzu era bastante curiosa.

— No es nada— dijo con nervios levantándose guardando un pequeño papel en su bolsillo.— Solo es la gran señal divina, tengo que dar mi fé es solo eso, sabes que los dioses oscuros necesitan de mi y yo de ellos— Luzu tenía que ir al santuario. Quactiky notó la incómodidad del castaño.

— Puedo acompañarte— dijo mientras se acercaba al castaño por detrás tocando los hombros del contrario.

— Si es que, es algo personal— respondió Luzu mirando las manos de Quackity. Los dioses necesitan su motivación, no es momento de distraerse.— Me gustaría pero como te dije es algo entre yo y ellos—

— ¿Por que eres escogido por los dioses?— comentó Quackity. Cosa que heló la sangre a Luzu.— Esta bien, lo entiendo — dijo con tranquilidad mirando su chaleco gris. — tu ropa esta algo sucia—

Oh No, Él Es Un Zombie |QuackburDonde viven las historias. Descúbrelo ahora