integración

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Quackity tenía sangre en sus manos, acaba de matar al líder de un grupo, a su amigo a su ex. Mientras más pensaba,más era traumatico era. Estaba sentado mientras observaba a Wilbur comer parte del cuerpo sin vida. Había matado para que un zombie sobreviva, un zombie que le mordió y lo lastimó ¿Que tan jodido estaba?

Aún recuerda las palabras de Luzu y en el daño que causaba en él. Era sólo sobrevivencia, fue un accidente, Wilbur lo necesitaba, el castaño de mechón blanco era importante, tiene un familia que lo ama, él lo ama pero por que temblaba ante el pensamiento de estar solo con él.

Observó el castaño levantarse y limpiarse su boca con su brazo ensangrentado.

Wilbur, que ahora sus pensamientos eran claros y ordenados al estar saciado por ingerir comida, miró al pelinegro que tenía la mirada perdida. Sabía que Quackity estaba reflexionando sobre lo que acaba de pasar, su mirada se posó en el cuello del pelingro y una punzada de culpa lo invadió nuevamente. Tenían que cuidar de esa lesión, y también desaparecer el cuerpo, acercó hacia el pelinegro.

El pelinegro no pudo evitar sentirse incómodo, pero no cambio su vista, no quiso mirar a Wil, estaba bien por que el castaño miraba hacia el frente.

Wilbur quería un cigarro.

Eran cómplices de un asesinato, cuerpo estaba desgarrado y daba asco.

Lentamente Quackity sentía como las lágrimas bajaban por sus mejillas, se dio tiempo para sollozar y ocultarse entre sus rodillas.

Otra vez, su paz había desaparecido.

Tallulah estaba en un sitio tapado por telas, con decoración infantil. Tenía los ojos rojos por el llanto, tenía que salir de ahí, buscar a su padre y ayudarlo, como lo haría Chayanne, pero al momento de intentar salir por debajo de las telas algo la agarró.

— Hey ¿A dónde vas amiga?— una castaña con un sonrisa amable habló. —¿Ocurre algo pequeña?— dijo con una voz suave. Mientras la conducía hacia adentro del lugar.

— No, te me acerques— dijo la niña a la defensiva, resistiéndose a ser llevada. Mirando a todos lados para encontrar una salida, no debía confiar en la gente.

— No te haré daño— dijo preocupada, por la reacción de la menor soltó brazo y se puso a la altura de la niña, mostró sus manos para que entendiera que no tenía algún plan que pudiera dañarla.— Me llamo Jaiden ¿Cual es tu nombre?—Espero una respuesta pero no hubo.
— ¿Donde están tus padres pequeña?— sonrió.

Al mencionar sus padres, tocó un punto débil, la desesperación de la menor le ganó provocando que cayera en la tristeza y volviera a llorar, pero Lulah debía ser fuerte

— ¡En el bosque! Un hombre malo lo atacó, esta desangrándose necesita ayuda, por favor— dijo aferrándose con desesperación hacia la nueva extraña.

— Esta bien, esta bien— dijo mientras daba sobaba la espalda de la niña.— los encontraremos, iré a dar una vuelta te lo prometo— Tallulah dejó de agarrar la ropa de Jaiden, para mirarla a sus ojos, buscando si había alguna mentira en sus palabras.

— Pero no escapes, si no, en caso que encuentre a tu padre no podré traertelo de vuelta— dijo Jaiden y recibió un asentímiento de parte de la menor.

Jaiden se levantó miró a la niña por última vez y salió de la carpa formada por telas.

Tallulah intento nuevamente escapar hasta que un niño con camiseta de fútbol brasileña amarilla y verde topó con ella.

— ¿Estas bien? Te escuché llorar hace unos momentos— preguntó con cautela.— Me llamo Richarlyson, ¿Cual es tu nombre?—

Tallulah retrocedió, y mantuvo su mirada en los movimientos del niño.

Oh No, Él Es Un Zombie |QuackburDonde viven las historias. Descúbrelo ahora