Capítulo 1

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Primer capítulo y empezamos así. Perdón chiquis 🥺

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Serkan


—Exhausto, así fue mi día.

— Parece ser buena chica.

—Bien—me doy vuelta yendo a mi estudio.

—¡Y quita la maldita sonrisa que tienes desde ayer!

—¿Te molesta?—me doy vuelta sin detenerme—¿No eras tú la que me quería ver más feliz?—le giño un ojo y doblo para ingresar a mi despacho.

Lo admito, desde ayer que tengo una sonrisa luego de cruzarme con esa chica.

Suspiro y abro la puerta.

—Perdón la demora—me disculpo acomodando los papeles en la mesa junto al sofá—. Iré directo al grano. Necesito una niñera para mis hijos. Elvira no puede con todo, mi hermana trabaja y necesito ayuda.

»Cada uno tiene su vida y yo a mis hijos no los quiero dejar solos. Ya pasaron suficiente. Pia habló conmigo, me dijo que eras su amiga.«

—Asique supongo que eres de confianza. Hazal—porque así se llamaba ella—, tienes experiencia con los niños ¿no?

—Sí—dice con voz aguda.

—Excelente.

Me acerco al escritorio, doy la vuelta y me siento hasta quedar frente a ella.

Quedo atónito porque ni en un millón de años habría creído que la volvería a ver.

Ninguno dice nada.

—Vaya—sonrío—, no creí que volvería a verte.

—Yo tampoco, la verdad—responde un poco nerviosa.

—Así que me dijiste que sí tienes experiencia.

—No la tengo—desmiente.

—Me has respondido....

<<¡Cállate, imbécil! ¡La idea es que se quede, no que se vaya!>>

—Olvídalo.

—Necesito el trabajo, de verdad—confiesa con voz desesperada, pero manteniendo la postura—. Yo....puedo ayudar, no....tengo, yo....es decir, cuido a mi sobrino, pero no más que eso, aunque la primera vez que lo cuidé fue cuando nos conocimos. Sé me dio bien, la verdad—farfulla.

»Y sé que puedo hacerlo mejor, yo.....esto es lo único que encontré, y....es una oportunidad única, no porque no me gusten los niños, en realidad no me gustan, más que nada ellos me odian, pero....quiero salir del país, y todavía no soy escritora, o sí lo soy, y.....«

—¡Papi!

La voz de Daxen llama mi atención.

—Hola—ella saluda amorosa.

Se levanta y una vez frente a él, se agacha. Seca las lágrimas de sus mejillas.

—¿Qué tienes?

No supe en que momento me levanté hasta quedar junto a ellos.

Mi hijo toma mi mano. Las cosas no van bien. Me lleva hacia afuera y antes de que me alejara más, le digo a ella:

—Estás contratada, y si puedes empezar ahora, muchísimo mejor.

Camino siguiéndole el paso a mi hijo.

Cuando llegamos a la habitación de mi hija, la veo en la cama con las lágrimas a flor de piel y con dificultad para respirar.

—Lexie—me acerco a ella en menos de nada y la siento.

—Soy un tonto. Yo....perdón—dice el niño.

Siento el aroma de ella y escucho como habla con Daxen, pero yo no despego la mirada de mi hija.

Daxen sale corriendo y la chica detrás de él. Y solo cuando la habitación queda vacía en excepción a nosotros dos, Lexie se separa de mí y yo quito sus lágrimas guardando las mías.

—¿Quieres dormir?—acaricio su cabello.

—Quiero que se termine —solloza—. Estoy cansada.

—Entonces dormiremos y ya verás que cuando despiertes, estarás mejor —la recuesto con más almohadas y me coloco junto a ella—. Me quedaré contigo.

—¿Hasta que me duerma?

—Aunque te duermas. No me iré, princesa.

Ella deja un beso en mi mejilla y se acuesta. No mucho después sus ojos se cierran y cuando me cercioro que realmente se durmió, me permito llorar.















Serkan ✅ (# 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora