Capítulo 49

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Serkan


Disfrute y lentitud. Esas son las dos palabras que utilizaría en este momento.

La fiesta terminó. Nos subimos al coche, y ahora estamos por esta noche en la suite de un hotel cerca del aeropuerto.

Mañana a la mañana nuestro vuelo sale temprano para irnos de luna de miel. Tengo una serie de cosas por hacer en aquel lugar, en el noventa por ciento, no se necesita ropa, pero el otro diez, es mostrarle a Hazal ese lugar al que nunca pudo ir, al que nunca nadie la llevó. Ese lugar que me dijo que era su favorito en fotos, pero nunca pudo tener el privilegio de visitar, no creía que lo merecía. Y he discutido con ella varias veces porque se lo merece.  Así que le dije que yo elegiría nuestra luna de miel, y que era sorpresa, no se lo iba a decir hasta que estemos ahí. Obviamente protestó, pero no iba a ceder, ya estaba dicho y ella a la larga tuvo que aceptarlo.

Bajo la cremallera de su vestido. Grabándome cada movimiento. Cae dejandome ver su espalda desnuda, sus finas bragas. La doy vuelta, y por más que sé que sus pechos están descubiertos, no me centro en otra cosa más que en su cara, en sus ojos, esos labios, en aquella mirada que puede enamorarme y matarme a la vez, porque es la única mujer en el mundo capaz de doblegarme y asesinarme.

Veo como intenta quitar sus bragas, pero la detengo.

—No, todavía no.

Frunce el ceño, pero me da igual. Me acerco a ella y atrapo su labio inferior con mis dientes. Dejo que rocen, y sé que la estoy torturando, pero me hice una promesa a mí mismo, y la voy a cumplir.

<<O hacer el intento>>

O hacer el intento.

—Quítame la camisa—ordeno entre besos.

Ella lo hace y me paga con la misma moneda. Desabrocha botón por botón de manera pausada, sin desviar sus ojos de los míos.

Mi camisa cae, pero sus manos quedan en mis pectorales. Y se detiene, ella simplemente se detiene.

—¿A qué esperas?

—Voy a besarte—dice y poco a poco sus ojos se tornan llorosos —. Voy a besarte como nunca nadie lo hizo, y como nunca nadie lo ha hecho.

Eso me excita.

—Y te voy a dar los motivos.

Eso me confunde.

—El primero, por dejarme elegir el nombre de tu hijo. El segundo, por darme trabajo. El tercero, por aceptarme con mis inseguridades y mis defectos. El cuarto, por aún así, elegirme,  amarme. El quinto, por cubrirte los ojos la primera vez que lo hicimos. El sexto, por dejarme ser parte de tu vida y de tus hijos.  El séptimo, por viajar hasta la otra punta del mundo no más para traerme de regreso.

»Por luchar por mí. Por jamás darte por vencido. Por pedirme matrimonio. Por cubrirme, cuidarme, jamás abandonarme. Por aceptar mis decisiones, y aún así, quererme en tu vida. «

—Los motivos por los que te voy a besar son, porque realmente hiciste algo que debía haberme sorprendido, pero no lo hizo.

<<Miedo. Terror. Ozuna>>

¿Ozuna? ¿En serio?

<<Cállate, no interrumpas>>

—Sé que mataste a Santiago.

Y todo mi cuerpo se pone frío, se tensa. No se que decir, y veo como las lágrimas le empiezan a caer.

—No sé qué sentiste al hacerlo, pero yo solo siento gratitud. Porque lo matabas a él, o me mataba a mí. Y puede sonar extremista, dramático, y todo lo que quieras. Pero es la cruda y cruel realidad, él iba a matarme.

Serkan ✅ (# 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora