Serkan
Oficialmente divorciado. La sonrisa que llevaba no había quién pudiera borrármela.Vine a la habitación de Lexie para comentarle que Daxen está mal.
—Iré con él. Me necesita. Tengo que cuidarlo.
—No, princesa—contradigo con dulzura—. Para cuidarlo estamos nosotros. A lo sumo le haces compañía.
—Va—se levanta y la sostengo cuando sus piernas fallan haciendo que casi se caiga.
—Ey, ven—digo suave cuando cierra los ojos y le caen dos lágrimas—. No pasa nada, yo te llevo.
Asiente con su cabeza y la levanto. No pesa nada, siempre fue como alzar al mismo aire.
Cuando llegamos a la habitación de Daxen. Ambos hermanos se ven y yo la dejo en la cama junto a él.
Salgo y me quedo del otro lado de la puerta cuando los escucho.
—Yo voy a cuidarte.
—Debería ser al revés.
—¡Osh! ¡Pesado! Que una vez me toque a mí no pasa nada. Cállate que ahora yo soy la enfermera.
Ambos ríen y eso me saca unas lágrimas. No quiero que estos momentos acaben. No quiero dejar de escuchar sus risas.
Le marco a Hazal luego de que no apareciese esta mañana. Creí que vendría pese a mi hijo enfermo. Preguntó por ella.
<<Sí, ajá. Ni tú te la crees>>
Me alejo hasta llegar a mi habitación. Y lo hago, le marco. Al tercer tono, responde.
—¿Hazal?
—No. Pero la chica está en el suelo, no reacciona.
—Es un ataque de pánico—oigo otra voz de fondo.
—¿Dónde está?
—En el centro comercial.
—Estoy yendo hacia allí—salgo veloz y bajo las escaleras.
Le informo a Elvira que saldría sin especificar lugar. Subo al coche y le doy la dirección al chófer.
Tres minutos después, largos para mí, me bajo del auto para adentrarme al centro comercial.
Subo las escaleras hasta la segunda planta y veo en una esquina a Hazal tendida en el suelo y un montón de gente rodeándola.
Empujo a quien me estorbe hasta quedar a su lado.
—Calma—digo acariciándola.
Miro a mi alrededor. Demasiada gente sin hacer nada más que mirarla.
—¡No hay nada que ver aquí!
—¡Aléjense!—vocifera la mujer que me llamó.
Apoyo mis labios en su frente logrando que se calme.
—Eso es.
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Serkan ✅ (# 2)
Non-Fiction«Nunca supe lo que era el dolor, hasta que lo viví a carne propia, y de la peor manera» © Todos los derechos reservados Queda totalmente prohibido copiar, manipular y/o extraer fragmentos del libro o algunas partes.