Capítulo 6

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Serkan





Al día siguiente, cuando Hazal volvió, exploté. No por ella,  por Melek, porque se metió con mis hijos y eso es algo que no perdono. Y para equiparar, me llegó un vídeo de un tal Santiago, el cual descargué pero no me atreví a mirar. Y abajo, unos mensajes que hablaba solamente calumnias, y pura mierda de Hazal, algo que por supuesto, no iba a permitir, así que borré los mensajes, mas no el vídeo.

—¿Quién es Santiago?—le pregunto con calma.

Todo su cuerpo se tensa y su actitud de tranquilidad pasa a nerviosismo.

—¿Por qué? ¿Se te acercó? ¿Te conoció? ¿Intercambió palabra contigo? ¿Te amenazó? ¿Te dijo algo? No le creas y...

—Calma—la freno luego de que comenzara a hablar atropelladamente

—Soy una idiota—masculla clavándose las uñas en la palma de sus manos—. Tarada. Debí quedarme en la casa, jamás debí salir, tendría que haberme quedado encerrada, todo era más fácil.

Pero que....

—Ey, Hazal, alto. Detente.

—¡No lo entiendes!—se levanta del sofá con ímpetu dejando que el llanto colapse—¡No sabes nada! ¡Él es peligroso! ¡Puede hacerles daño!

—Tranquila—intento acercarme, pero retrocede—¡Cuidado!—grito cuando veo que se caerá. Quise agarrarla, pero es tarde, ya está en el suelo y con los vidrios exparcidos a su alrededor.

Rompió la pequeña mesa.

¡Y no podía importarme menos!

Ella, ella era lo único que me importa ¿Por qué se puso así? ¿Quién es él? ¿Qué mierda le hizo para que esa haya sido su reacción?

—¡Hazal!—me acerco a ella rápidamente.

—¡Déjame!

—Tienes que salir de ahí, permite que te ayude—le extiendo mi mano. Ella duda—Por favor...

—No—se levanta sola y tropieza.

<<Pero que mujer obstinada>>

Aún así, antes de que dé bruces contra el suelo, logro sostenerla y así evitar su caída..
 
—Por favor, no. Solo....—mira las palmas de sus mano. Sangre.

—Aguarda, voy por el botiquín—informo, pero aún no me separo de ella. 

—¡Ni mierdas! ¡Aléjate!—me empuja—¡Renuncio! ¡Me largo!—me señala —¡Y ni se te ocurra buscarme, Serkan! ¡Juro que te denunciaré! ¡Aléjate de mí! ¡Tú y tu familia!

—¡Hazal!—grito, pero ella ya se fue.











Lleva tres días sin venir a trabajar, por más que me contacté, jamás respondió mis llamadas, y por un momento llegué a pensar que me bloqueó.

Estoy viendo una película con mis hijos, cuando mi hermana se interpone en mi campo de visión, cruzándose de brazos indignada.

—¿Y ya está? ¿Dejarás que se vaya?

Miro a Lexie, está dormida con su cabeza apoyada en mi pecho. Su respiración es pesada. Y últimamente tengo el alma en un hilo por ella.

Daxen, por el contrario, nos miró de soslayo a ambos y le hago una seña para que nos deje solos. Luego de voltear sus ojos,  se levanta y pone la película en pausa para acabar yéndose.

Serkan ✅ (# 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora