Capítulo 28

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Serkan




—Yo.

—¡Tú eres el de la voz sexi!

<<Ah, eso>>

—¡Oh por Dios, realmente has venido! ¡JAYDEN!—adetra su cabeza gritando— ¡CARAJO, DEBES VER ESTO!—vuelve a mí —¿Y tú qué esperas? Pasa.

Bastante perdido ante esta reacción, ingreso.

—Toma asiento —dice como si nada pasara—¿Quieres agua? ¿Café? ¿Té? ¿Alcohol?

<<Vaya, tanta efusividad me sorprende>>

—Así estoy bien. ¿Cómo me has reconocido? Ni siquiera he hablado.

—Hazal tiene tu foto como contacto, cuando hablamos contigo nos dimos cuenta. Eres más lindo en persona.

—Paulina, deja al hombre en paz—protesta un chico que está bajo el arco de la cocina. Luego se acerca a mí y extiende su mano —. Soy Jayden.

—Serkan—la acepto.

—Supongo que estás aquí por Risitas—es el más calmado de los dos, aunque puedo notar como intenta no sonreír.

—Sí, pensé que había sido claro al respecto.

—Pues puedes dormir en su habitación o en el sofá. Mañana a primera hora, te llevaremos.

—Gracias....antes de descansar, entiendo que sea de noche, pero quiero saberlo todo.

—¿Todo? Explícate.

—Detalles de cómo se conocieron, y en dónde entró Santiago en todo esto.

—Ese hijo de puta está desaparecido —riñe con sus puños cerrados—. Se borró del mapa. No sé cómo dió con nosotros, pero lo hizo. Vino aquí y nos violentó a todos.

—Melek y Hazal se llevaron la peor parte.

—¿Está muy grave?

—Está viva de puro milagro. Por aquel impacto, creyeron que su cerebro habría acabado con su vida, o dejarla peor, pero.... supuestamente está a mitad de camino.

—¿Qué quieres decir?

—Que no está bien. Pero tampoco está en riesgo de muerte. Eso por supuesto puede cambiar, pero tengo la esperanza de que no sucederá.

—¿Ha sufrido complicaciones estos días?

—No muchas, como te dijo ella, pudo ser peor. Pero igual no hay que bajar la guardia.

—Ella despertará —aseguro—. Volveremos y se casará conmigo.

De pronto el ambiente tenso y melancólico. Aquel silencio lamentable, fue sustituido por grandes risotadas.

—Me debes ciento cincuenta dólares —la señala él entre risas.

—Maldito estúpido —masculla ella intimidándome.

Pero no me arrepiento de mis palabras. Es algo que venía pensando, y entonces..... pasó.

—No voy a pedir disculpas por lo que no lamento —me encogo de hombros.

—Bueno. Son las once de la noche, mañana debemos trabajar y tú ver a tu futura esposa. A dormir ya—demanda el de cabello rizado.

¡¿Y yo le puedo hablar?!—grita Daxen por arriba del potente llanto de su hermano.

—Está dormida, hijo.

Serkan ✅ (# 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora