Capítulo 13

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¿Modo lágrima activado?


Serkan

El pasillo del hospital se hace eterno, interminable.

Seguimos corriendo a toda velocidad hasta llegar a un corredor vacío. Y la única persona que está allí, es mi ex esposa.

Y no, no me controlo.

-¡¿Qué has hecho?!-la levanto del brazo -¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué demonios hiciste?!-la sacudo en lo que ella sigue llorando-¡Habla!

-Y-yo lo siento.

Tiene que estar jodiéndome.

-¡¿De verdad?! ¡¿De verdad lo sientes?!-percibo los dedos de Hazal entrelazando los míos con intención de calmarme, algo que no funciona-¡¿Sientes robar a mi hija?! ¡¿De verdad sientes llevarla sin coger sus medicamentos?! ¡NO! ¡NO ES CIERTO! ¡NUNCA TE IMPORTÓ NINGUNO! ¡LE HAS DICHO A DAXEN FEO, Y QUE NADIE SE FIJARÍA EN ÉL CUANDO TENÍA CÁNCER! ¡LO LLAMASTE ASÍ PORQUE PERDIÓ SU CABELLO! ¡DENIGRASTE A MIS HIJOS, PORQUE SON MIS HIJOS! ¡¿Y todo para qué?! ¡¿REALMENTE COMPRENDES DÓNDE ESTAMOS POR TUS ESTUPIDECES?! ¡RESPONDE!

Su barbilla tiembla, pero las lágrimas que suelta no me conmueven.

-Tambien es mi hija.

Estoy por contestar algo más, cuando en eso, Hazal se pone frente a mí, y le da vuelta la cara con una cachetada.

-Tú-la señala entre dientes-no tienes ningún derecho a llamarte madre. Has menospreciado a tus hijos y abandonado a un bebé de semanas. Has robado a los niños y has secuestrado a una nena que tiene que tener supervisión. Medicamentos, dos veces al día. Y...

-Ahora lo sé-dice con sus ojos lagrimosos.

-¡¿De qué vale que lo sepas?!-vuelvo a intervenir y la voz se me rompe-¡¿Por qué acabamos en un maldito hospital para que te dieras cuenta del daño que les haces?!

-Esa niña-habla mi chica, más pacífica-, a la que no le gusta que le pongan demasiada sal a la comida. A la que es amante del chocolate. Esa niña súper dulce y bien portada. Es.....el ser más puro y hermoso que conocí. Es una persona increíble que....te alegra los días...

»Pone tu mundo de cabeza con sus ideas y hace que tú corazón se ablande. Siempre te saca una sonrisa, y también te hace llorar. Le gusta dibujar, es muy buena haciéndolo. Daxen lo intenta, pero él va mejor con los números. Mellizos inteligentes. Bien portados. Expectativas de cualquier persona. Y eso no es gracias a ti, es al padrazo que los mantiene.

No puedo escuchar más, así que simplemente me pego la vuelta y camino a por un café.

Reniego con la máquina de mierda, y luego de unos segundos dándole patadas, le asesto un puño y caigo de rodillas llorando.

Agradezco que el pasillo esté totalmente vacío. Me tomo unos segundos para liberarme y luego me recompongo. Tomo los dos cafés que salieron, y vuelvo con mi ex esposa y la mujer de la que estoy completamente enamorado.

Veo como Melek mira detrás del hombro de Hazal y sus ojos siguen aguados.

Voy con ellas.

-Gracias-dice, creyendo que el café iba en su dirección.

-Toma-Hazal me mira, y lo agarra.

Giro a mi derecha Cuando veo como dos médicos salen de la puerta y supe que nos buscaban a nosotros cuando Melek se acerca a ellos de manera desesperada. Yo la sigo.

-Lo lamento -y niega con su cabeza.

-¿De qué habla?

-Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos.

Mi ex mujer se tapa la boca y la escucho ahogar un sollozo. Yo, por el contrario, caigo de rodillas al suelo.

-Quiero que entienda que el estado de ella era muy grave. Su corazón comenzó a debilitarse con el paso de los años.

¡Pum! otro disparo con aquellas palabras.

Habíamos intentado con el marcapasos, no funcionó. El trasplante de corazón, estábamos en una lista de espera interminable. Los medicamentos, estaban dejando de hacer efecto. Todo jugaba a mi contra, y aún así, me quería aferrar a mi hija con vida.

-La paciente llegó sin signos vitales.

Melek se va y yo quedo allí, en la misma posición mientras los médicos siguen hablando diciendo quién sabe qué mierda.

-Cállense-susurro, pero me ignoran-¡Que se callen!- grito logrando que lo hagan-¡Largo de aquí! ¡Desaparezcan de mi vista! ¡No quiero verlos!

-El cuerpo está...

-¡ME IMPORTA UNA MIERDA DÓNDE ESTÁ EL MALDITO CUERPO! ¡DÉJENME SOLO!

De pronto ya no notó su presencia, sin embargo la de otra persona me eriza la piel. Conozco sus pasos como la palma de mi mano. Ella se agacha y con sus manos quita las mías de mi cara.

Ni siquiera soy capaz de mirarla, simplemente la abrazo aferrándome a ella, y escondo mi cara en su clavícula.

-Mi hija, mi bebé-repito en sollozos.

-Lo sé-musita.

-Está muerta ¡Murió, joder!

-Lo sé-dice con voz cortada-. Ya lo sé.

Serkan ✅ (# 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora