Serkan ✅ (# 2)

Capítulo 48

Tres semanas después

Serkan

—¡MIREN!—grita Chanel exaltándonos—¡ME IMPORTA UNA MIERDA QUE SE HAYAN DADO DURO ANOCHE! ¡LA PUERTA CON PESTILLO LOS DELATA!

Ahogo una risa en lo que Hazal me mira espantada. Siento su corazón latiendo a mil por el susto.

—¡PERO DENTRO DE UNA HORA ES SU PUTA BODA. DEBEN ALISTARSE. TÚ, GUARDA POR UN PAR DE HORAS MÁS TU MALDITA POLLA! ¡Y TÚ, TODAVÍA DEBES MAQUILLARTE! ¡LES DOY QUINCE MINUTOS! ¡SI EN QUINCE NO ESTÁN LISTOS, ME VALE VERGA Y MEDIA EL ESTADO EN EL QUE SE ENCUENTREN! ¡TIRO LA PUERTA!

Comenzamos a reír una vez que ya no se la escucha.

—Buen día—musita.

—Debería bajarme.

—Deberías.

—Pero tengo que terminar lo que estaba haciendo.

—No creo que puedas—desafía—. Se cortó la pasión —ríe.

—No me subestimes, Hazal. Sabes que puedo hacerlo. Aún mi amiguito sigue dentro tuyo—y doy una estocada.

Y luego otra.

Y luego otra.

Hasta que consigo mi objetivo.

—Ahora sí—digo jadeando y con el corazón desbocado —. Buen día —y la beso.

✓

—Joder, hermano, nunca creí verte de traje.

—El cuál me molesta —digo intentado aflojar la camisa.

—Estas nervioso.

—Estoy sudando, Rhett. Las manos me sudan. Me cago de miedo. Y...

—¿Te arrepientes? Porque no es momento.

—¿Eh?¡No! Claro que no. Sé que esto es lo que quiero, solo....siento que estoy en un maldito sueño, que cuando abra los ojos todo haya sido mentira y....

Apoya ambas manos en mi hombro.

—Está hermosa. Tú también. Hacen esto porque quieren. Eres el hombre más decidido y predispuesto que conocí. Deja de dudar y mueve tus putas piernas. Danna me obligó a venir por ti. Hazal está lista pero por supuesto no puede salir hasta que tú lo hagas. Andando, campeón, que te lo mereces.

Froto mis manos y respiro dos veces. Tomo impulso.

Salgo.

Camino.

Llego al altar.

Espero.

Respiro.

Y todos se ponen de pie.

Y mis ojos van directamente a la mujer que camina tomando el brazo de mi padre.

El hombre con el que bajé la guardia. Nos disculpamos. Nos abrazamos. Y él me dijo que me quería.

Y yo también lo quiero.

—No es necesario que diga que la cuides—habla una vez frente a mí —, porque sé que lo harás.

Él se aleja. Y la miro. Tan perfecta. Frente a mí. Con una sonrisa que quiero ver todos los putos días de lo que me queda de vida.

Tiene su cabello recogido y dos mechones sueltos en cada costado de su cara. Su vestido blanco y sencillo. Y el maquillaje sutil, dejando que sus ojos se lleven el protagonismo.

—Estás... perfecta.

Y me regala otra sonrisa.

La ceremonia comienza. Las damas de honor son puras cotillas. Paulina, Danna y Pía no han dejado de chillar en silencio. Y gracias al cielo, Rhett, Harry, Jace y Jayden, son un poco más normales, porque los he oído cada tanto, soltar un comentario estúpido en susurros.

Y luego, la pregunta.

Y después, nuestra respuesta.

“Acepto”

Y me pide que la bese, y lo obedezco haciendo uso de todas mis fuerzas para no ir a más.

Gritos.

Aplausos.

Y nuestros “Te amo” bajito.

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Cortito,¿Verdad?

¿Alguien más gritó?

Esta bella historia está llegando a su fin.