Capítulo 9

175 12 1
                                    

Feliz Domingo. Aquí se los dejo. Amo este capítulo redactando por él. Ya pasamos por lo que sintió Hazal. Ahora es su turno.
✓✓✓✓✓












Serkan






—¿Qué hacían?—la voz de Daxen me despierta.

Hazal está en la puerta, nerviosa. Voy con ella en lo que sigue hablando con él. Con cada paso, mi hijo me hace sonreír más.

—Nada. Estábamos jugando.

—¿Puedo jugar yo también?

—No, es un juego de adultos, tú aún eres pequeño, ya te tocará.

—¿Y va a gustarme?

—Eehh....yo.....

—Apuesto que sí—abro más la puerta calmando a la chica junto a mí—. Buenos días—lo saludo dejándole un beso en su cabellera—. Vístete y baja a desayunar.

—¿Hoy iremos al parque?

—Sí.

—¿Nos vas a acompañar?—mira a Hazal—¿Por qué te quedaste en la habitación de mi papi? ¿Has dormido aquí?

—Que preguntón que te has levantado hoy—intervengo ante el nerviosismo disimulado que ella maneja. Su cabeza está a mil por hora—. Anda ya, vístete.

Él se aleja y ella no se mueve.

—Ey—me pongo delante de ella dejando mis manos en sus mejillas.

—No puedo....—confiesa con sus labios temblando—Yo....

Voy directo a sus labios. Mi instinto dice que solo así lograré calmarla. Entre intentarlo, y quedarme de brazos cruzados, prefiero intentarlo.

—Calma. Lo haremos de a poco, ¿sí?

—¿A qué te refieres?—susurra con voz temblorosa.

—Primero saldremos a la calle, aquí nomás, los chicos jugarán con la pelota o lo que quieran. La próxima vez iremos a la esquina. Luego más allá y quizá, pronto estaremos en la plazoleta. Vamos paso a paso, ¿sí?

—¿Ellos no tendrán problema?

—No—regreso a su boca—. Pero primero hay que darse una ducha, ¿no crees?

—Sí, yo...—mira las escaleras -después vuelvo.

—No, no.

Creo que no entendió, por lo que soy más claro.

—Ducha mañanera. Tú conmigo.

Antes de que pudiera contestar ya estábamos dentro de la habitación otra vez.

—No puedo hacerlo—murmura—, sabes que...

Lo sé, y por eso, se me ocurrió algo que pondría en práctica.

—¿Recuerdas cuando me dijiste que querías complacerme? En otras palabras, tomar el control.

—Sí—sonríe avergonzada.

—Pues señorita.

Comienzo a desvestirme lentamente para que grabe cada movimiento y yo su reacción.

—¿Qué haces?—no respondo, solo me limito a coger la corbata, por lo que vuelve a preguntar—¿Qué haces?

Sigo sin contestar, por el contrario, tomo su mano, y la llevo al servicio, con la mano libre, prendo la regadera de la ducha.

—Cúbreme.

—¿Qué?

—Cubre mis ojos-le entrego la corbata.

Serkan ✅ (# 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora